El estado de salud del Papa Francisco continúa mostrando mejoras significativas, aunque los médicos han determinado que deberá permanecer hospitalizado algunos días más para completar su tratamiento.
Según el boletín emitido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede este lunes 10 de marzo, el Santo Padre ha respondido positivamente a la terapia farmacológica y sus análisis clínicos reflejan una evolución estable.
Ante esto, los médicos han decidido disolver el pronóstico, lo que significa que ya no está en estado crítico.
Sin embargo, debido a la complejidad de su condición y el fuerte cuadro infeccioso que presentó al ingresar al Hospital Gemelli de Roma el pasado 14 de febrero, seguirá bajo vigilancia médica para garantizar su completa recuperación.
Un Papa activo pese a la enfermedad
A pesar de su hospitalización, el Pontífice ha mantenido su rutina espiritual. Durante la mañana, siguió por videoconferencia las meditaciones de los Ejercicios Espirituales desde el Aula Pablo VI, recibió la Eucaristía y se dirigió a la capilla de su apartamento privado para un momento de oración. En la tarde, volvió a conectarse con la Curia Romana para continuar con las reflexiones espirituales.
Recuperación con cautela
El informe del Vaticano destaca que, aunque los signos de mejoría son alentadores, se mantiene la prudencia debido a la persistencia de la neumonía y la complejidad del cuadro clínico. No obstante, se descarta cualquier peligro inminente para su vida.
Francisco, de 87 años, ha enfrentado varios problemas de salud en los últimos años, pero sigue mostrando una notable fortaleza y determinación para continuar con sus responsabilidades al frente de la Iglesia Católica.