Redacción- Fernán Faerron, defensor de la selección nacional de Costa Rica, enfrenta un desafío único cuando se trata de cumplir con sus compromisos con La Sele, ahora que juega en Ucrania con el FC Vorskla Poltava.
El viaje para llegar a Centroamérica, a pesar de las dificultades logísticas, no ha impedido que Faerron se mantenga disponible para defender los colores patrios.
Debido a la situación del conflicto bélico en Ucrania, Faerron no puede tomar vuelos directos desde Poltava, su ciudad de residencia, debido al cierre del espacio aéreo. En lugar de eso, el futbolista debe recorrer un largo trayecto por tierra y luego por aire.
Según relata el zaguero, primero. Debe tomar un tren que lo lleva hasta Polonia, específicamente hasta Cracovia, donde se encuentra el aeropuerto más cercano. Este viaje por tren puede tomar hasta ocho horas, según comentó.
Una vez en Polonia, Faerron debe abordar vuelos internacionales que lo llevarán a Costa Rica, un proceso que puede durar hasta 16 horas en total, dependiendo de las conexiones y escalas. Así, el viaje completo desde Ucrania hasta su país natal puede extenderse hasta 24 horas, sumando tanto el trayecto terrestre como los vuelos largos.
“A veces el tiempo puede ser complicado, sobre todo por la distancia y el tiempo que toma entre los trenes y los vuelos. Es un viaje largo, pero siempre con mucho gusto lo hago. La Selección siempre ha sido una prioridad para mí”, explicó Faerron sobre el esfuerzo que realiza para unirse al equipo nacional.
A pesar de los obstáculos, el jugador de 26 años mantiene su compromiso con Costa Rica y continúa siendo parte fundamental de La Sele. En su último partido con la Tricolor, Faerron fue el capitán en la derrota 3-0 ante Estados Unidos.
“Siempre un llamado de la selección lo tomo con mucha felicidad. Donde sea que tenga que ir o lo que tenga que hacer, lo haré para estar con la Selección”, expresó Faerron, dejando claro que su sacrificio por representar a su país es inquebrantable.
La historia de Faerron no solo resalta su calidad como jugador, sino también su incansable voluntad de superar cualquier barrera para vestir la camiseta de Costa Rica, sin importar las distancias o las dificultades logísticas que implique el trayecto.
