Redacción- Las condiciones clínicas del Papa Francisco se mantienen “estacionarias” dentro de la complejidad de su cuadro general. Así lo confirmó este miércoles la Oficina de Prensa del Vaticano en su más reciente informe sobre la salud del Santo Padre, quien lleva 27 días hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma.
El pasado lunes, los médicos levantaron el pronóstico reservado tras constatar una consolidación de las mejoras registradas en los días anteriores. Según fuentes vaticanas, esto significa que el Santo Padre no está en peligro inminente y que la terapia antibiótica está respondiendo de manera efectiva contra la neumonía bilateral.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, precisó este miércoles que la radiografía de tórax realizada el martes confirmó radiológicamente los avances en su estado de salud. El Papa Francisco continúa sometiéndose a oxigenoterapia de alto flujo durante el día y ventilación mecánica no invasiva durante la noche.
Este miércoles por la mañana, tras seguir en conexión los Ejercicios Espirituales con el Aula Pablo VI, recibió la Eucaristía, dedicó tiempo a la oración y posteriormente realizó fisioterapia motora. Por la tarde, se unió nuevamente a los Ejercicios Espirituales de la Curia, alternando la oración y el descanso con sesiones de fisioterapia respiratoria.
Fuentes vaticanas indicaron que, en el contexto del retiro cuaresmal, el Pontífice no retomará su agenda de trabajo esta semana y se centrará en la oración. Tampoco habrá una celebración por el 12 aniversario de su Pontificado, que se cumple mañana.
En relación con un posible viaje a Turquía, la Oficina de Prensa de la Santa Sede subrayó que, aunque el Pontífice ha manifestado su intención de visitar el país, por el momento no se ha fijado ninguna fecha oficial y el viaje no ha sido confirmado.
Esta respuesta surge tras la declaración del Patriarca Ecuménico Bartolomé confirmando la visita del Papa a Turquía para el 700 aniversario del Concilio de Nicea en mayo.
En noviembre del pasado año, el Papa Francisco expresó su deseo de visitar Nicea, actual Iznik en Turquía, para conmemorar el 1.700 aniversario del primer Concilio Ecuménico en la historia de la Iglesia, celebrado en el año 325.