Redacción- Los cruces ilegales en la frontera entre Estados Unidos y México han alcanzado su nivel más bajo en décadas, una tendencia que refleja los efectos de las políticas implementadas por el presidente Donald Trump.

En los últimos años, la situación en la frontera se ha transformado notablemente: albergues para migrantes, antes abarrotados, se encuentran vacíos y aquellos que se encontraban varados en México están comenzando a regresar a sus países de origen.

En los últimos meses, los cruces ilegales han caído drásticamente. Según la Patrulla Fronteriza, en febrero de 2025, se detuvieron a solo 8,347 personas que intentaban cruzar ilegalmente, una cifra considerablemente menor que el récord de más de 225,000 detenciones en diciembre de 2023. Esto marca una caída notable respecto a los 47,330 detenidos en diciembre de 2024, el último mes de la presidencia de Joe Biden, cuando la media diaria fue de 1,527 personas, la cifra más baja durante su mandato.

Para los migrantes, la situación también ha cambiado. En el Tapón del Darién, una importante ruta de migración en Panamá, el número de personas que intentan llegar a Estados Unidos descendió a 408 en febrero, en comparación con las más de 37,000 del mismo mes el año anterior. Mientras tanto, las autoridades en México reportan un aumento en la cantidad de migrantes que buscan regresar a su país de origen. Según la Organización Internacional para las Migraciones, 2,862 migrantes solicitaron ayuda para regresar en enero y febrero, una cifra que muestra cómo la dinámica migratoria ha cambiado considerablemente.

Este descenso en los cruces ilegales y la migración hacia Estados Unidos ha sido impulsado por las medidas implementadas por Trump. El mandatario ha reforzado las políticas de línea dura, incluyendo la suspensión del asilo para quienes cruzan ilegalmente la frontera sur, el despliegue de soldados en la zona fronteriza y la presión sobre los gobiernos de América Latina, como el de México, para que ayuden a frenar la migración.

Eunice Rendón, coordinadora de Agenda Migrante, comentó sobre el cambio en el paradigma de migración: «Las familias están muy atemorizadas. Las políticas de Trump han generado un temor generalizado entre los migrantes, que ahora se sienten más vulnerables que nunca». En cuanto a los resultados de estas medidas, algunos expertos en inmigración advierten que, si bien la disminución en los cruces ilegales es significativa, no resuelve las causas profundas de la migración, como la pobreza y la violencia en los países de origen.

Kenneth T. Cuccinelli II, exvicesecretario de Seguridad Nacional, celebró el giro hacia políticas más estrictas: «Asegurar la frontera es fácil si se tiene la voluntad de hacerlo», argumentó, destacando que la administración de Biden no tuvo la determinación de implementar tales medidas.

Sin embargo, aunque la situación en la frontera se ha calmado, los expertos advierten que las medidas de Trump podrían generar consecuencias a largo plazo. Las sanciones económicas contra países como Venezuela y Cuba, las cuales afectan a una gran parte de los migrantes, podrían generar un éxodo aún mayor en el futuro. Además, la imposición de aranceles y otras restricciones económicas podría intensificar la desesperación de las familias que luchan por sobrevivir, lo que a su vez podría generar nuevos flujos migratorios.

A pesar de los esfuerzos por controlar la migración, muchos migrantes continúan buscando alternativas. En Ciudad de México, cientos de migrantes esperan bajo condiciones precarias en busca de asilo o para retornar a sus países. Peter Martínez, un migrante cubano, expresó: «México puede ser peligroso y difícil, pero sigue siendo mejor opción que regresar a nuestro país».

Mientras tanto, la administración de Trump no tiene planes de detener sus políticas de inmigración estrictas, que incluyen la promesa de aumentar las deportaciones y la posible invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para acelerar las expulsiones.

La situación en la frontera entre Estados Unidos y México sigue evolucionando, y los efectos de las medidas tomadas por la administración Trump serán el centro del debate en los próximos meses. Aunque los cruces ilegales han disminuido, las causas subyacentes de la migración no han desaparecido, y la pregunta de si este descenso es sostenido o temporal sigue en el aire.

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