Redacción. Doce horas después de que los magistrados de la Sala Constitucional votaran a favor de las acciones de inconstitucionalidad que impedían los matrimonios entre personas del mismo sexo en Costa Rica, la iglesia católica se pronunció oficialmente.
José Rafael Quirós Quirós, Arzobispo Metropolitano de San José y Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, así como Gabriel Enrique Montero Umaña, Obispo de San Isidro de El General, señalaron que respetan el ordenamiento jurídico de Costa Rica, pero lamentan que los magistrados no haya declarado sin lugar la petición de anulación del inciso 6 del artículo 14 del Código de Familia, poniendo entredicho el origen y la función natural de la familia.
Seis magistrados votaron con lugar el recurso que había sido presentado meses atrás por la comunidad gay costarricense y solo el presidente de la Sala, Fernando Castillo, votó en contra.
A raíz de este fallo, la Asamblea Legislativa deberá reformar el Código de Familia y permitir este tipo de uniones. Para ello, tienen un plazo de 18 meses.
A continuación la posición textual de la Iglesia Católica:
LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE COSTA RICA ANTE LA SENTENCIA DE LA SALA CONSTITUCIONAL SOBRE EL MATRIMONIO DE PERSONAS DEL MISMO SEXO
Manifiestan:
“El bien de la familia es decisivo para el futuro del mundo y de la Iglesia”1
La Iglesia Católica mantiene su convicción de que la familia, sigue siendo y lo será siempre, la célula básica de la sociedad porque en ella se procrean y se educan los futuros ciudadanos de toda sociedad. En efecto, la Iglesia define la familia como la primera sociedad natural, titular de derechos propios y originarios, y la sitúa en el centro de la vida social.
La familia es “el lugar primario de la ‘humanización’ de la persona y de la sociedad” y “cuna de la vida y del amor”. La familia posee una específica y original dimensión social, en cuanto lugar primario de relaciones interpersonales, célula primera y vital de la sociedad: es una institución natural, fundamento de la vida de las personas y prototipo de toda organización social. Es claro que, en el orden natural de las cosas, esa familia célula básica de la sociedad, esté fundada sobre el matrimonio monogámico y heterosexual de cuyo amor conyugal se generan los hijos y por esto, merece la protección del Estado (artículos 51 y 52 Constitución Política).
Reiteramos nuestro respeto al orden jurídico costarricense, pero lamentamos que la Sala Constitucional no haya declarado sin lugar la petición de anulación del inciso 6 del artículo 14 del Código de Familia poniendo entredicho el origen y la función natural de la familia.2
Reconocemos que en una sociedad democrática y pluralista, como la nuestra puede darse un reconocimiento jurídico a las personas del mismo sexo que conviven pero sería injusto si tal reconocimiento pretendiera igualar la unión de personas del mismo sexo con la del matrimonio. El no querer discriminar a las personas homosexuales no autoriza al Estado a confundir el orden natural del matrimonio y familia. Ya que, como nos lo recuerda el PapaFrancisco “Nadie puede pensar que debilitar a la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio es algo que favorece a la sociedad. Ocurre lo contrario: perjudica la
maduración de las personas, el cultivo de los valores comunitarios y el desarrollo ético de las ciudades y de los pueblos. Ya no se advierte con claridad que sólo la unión exclusiva e indisoluble entre un varón y una mujer cumple una función social plena, por ser un compromiso estable y por hacer posible la fecundidad… Las uniones entre personas del mismo sexo… no pueden equipararse sin más al matrimonio. Ninguna unión precaria cerrada a la comunicación de la vida nos asegura el futuro de la sociedad”.
En este sentido, creemos sensato esperar que se publique el texto íntegro de la sentencia de la Sala Constitucional y una vez que se conozca y se estudie el mismo se suscite un diálogo reflexivo y sereno a nivel nacional, que permita en el contexto legislativo tomar la mejor decisión, respetando el orden constitucional y el sentir de los costarricenses; y así los legisladores, representantes de la voluntad popular, puedan tomar la decisión legislativa que refleje el sentir del pueblo costarricense y que respete la naturaleza intrinseca de la institución matrimonial, que es la base de la familia, conforme reza nuestra Constitución Política.
San José, 09 de agosto de 2018
José Rafael Quirós Quirós Arzobispo Metropolitano de San José Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
Gabriel Enrique Montero Umaña Obispo de San Isidro de El General Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica