Redacción- Los oficiales caninos que fueron “pensionados” recientemente por la Institución, empiezan a recibir a sus nuevos “padres”.
Es así como recientemente la Asociación Valientes por Siempre, a la cual el Ministerio le donó los canes (16 en total), empezó a entregar a las familias cada uno de los perros “retirados” del servicio policial. Esto luego del proceso de selección donde se le dio prioridad en primera instancia al oficial guía, en segunda instancia a oficiales de la Fuerza Pública activos o jubilados, en tercera instancia a funcionarios del área administrativa del Ministerio de Seguridad y en cuarta escala a la sociedad civil.
En una primera entrega, las familias recibieron a Hunter, un macho pastor belga mallinois, especializado en detección de drogas; así como a Arock, macho labrador retriever especializado también en detección de drogas y a Jack, un macho pastor belga mallinois también especializado en detección de drogas. Cada uno de ellos tuvo 10 años y 9 meses; 8 años y 6 años de servicio respectivamente; la cantidad de años que debe trabajar un can es de entre 6 y 8 años.
Jack fue recibido con algarabía en la casa de su oficial guía, Gino Solórzano, quien, junto con su familia, con globos, gritos y aplausos le recibieron. Y es que Gino, quien trabaja desde hace 9 años para la Institución, fue el compañero de Jack durante cuatro años. Jack tiene una edad avanzada de 11 años y 10 meses y se mantenía inactivo como policía desde el 18 de abril del 2016, esto en razón de su edad. Jack se caracterizó por realizar búsquedas en alto, tomando en consideración que al ser un can detector de drogas debe hallar las sustancias enterradas muchas veces en distintos sitios. Además, tiene capacidad de reponerse a los diferentes microclimas que presenta el país y su carisma e inteligencia son un complemento perfecto con el oficial guía Solórzano que ahora cuidará de él.
“Con Jack tengo muchas historias, pero recuerdo una que nunca olvidaré: yo estaba pasando una situación familiar difícil, estábamos en el aeropuerto de Liberia en un trabajo, me puse de cuclillas y hablando con Jack le dije que debíamos continuar con nuestra misión pese a lo que estaba viviendo, él me volvió a ver con una mirada esperanzadora y me puso su pata en mi hombro, él me habló de esa forma”, aseguró Solórzano, con lágrimas en sus ojos.
Estos canes sirvieron por años al país detectando drogas, explosivos, armas y localizando personas desaparecidas. Gracias a su aporte en alianza con el oficial guía, dieron con cargamentos que fueron decomisados propiciando golpes al narcotráfico, por ejemplo.