• En 2017 cada persona que realizó la actividad generó en promedio anual el equivalente a 2 millones 

Redacción- El valor económico del trabajo doméstico no remunerado (TDNR) del año 2017 se estima en ₡8,3 billones en términos brutos, lo que equivale al 25,3% del Producto Interno Bruto (PIB).

Así lo indican los resultados de la “Cuenta satélite del trabajo doméstico no remunerado de Costa Rica” (CSTDNR), que tiene como propósito la valoración económica del trabajo doméstico no remunerado que realizan los miembros del hogar en actividades productivas para autoconsumo. La estadística básica de la nueva cuenta satélite proviene de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) 2017.


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El estudio permite el análisis integral del sector de los hogares, al visibilizar el aporte a la producción de los servicios domésticos no remunerados, que precisamente por no ser remunerados quedan excluidos de las cuentas nacionales.

Los resultados, presentados de manera conjunta por el Banco Central de Costa Rica (BCCR), el Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU) y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), indican que por tipo de actividad, y en orden de importancia, el valor del trabajo doméstico no remunerado (TDNR) se distribuyó de la siguiente manera en el 2017:

En las zonas urbanas se generó el 68,6% del valor económico total del TDNR, dado que es donde reside el mayor porcentaje de la población del país. Sin embargo, en las zonas rurales las personas dedicaron más horas en promedio a las actividades domésticas no remuneradas. Por lo tanto, el valor económico per cápita fue más alto en las zonas rurales.

Adicionalmente, las personas con mayor nivel de escolaridad aportaron el menor valor económico del TDNR (pues dedican a él menos horas que personas con menores niveles de escolaridad). Por grupo de edad, las personas entre los 20 y 54 años generaron el mayor aporte.


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En cifras netas la CSTDNR permite conocer el valor que las personas aportan por realizar las actividades domésticas y de cuido. Para el 2017 cada persona que realizó trabajo doméstico no remunerado en promedio generó el equivalente a ₡2,0 millones anuales. Al desagregarlo según sexo, las mujeres generaron el equivalente a ₡2,9 millones y los hombres ₡1,2 millones.

Patricia Mora Castellanos, Ministra de la Condición de la Mujer y Presidenta Ejecutiva del INAMU, destacó que “los resultados que estamos presentando hoy al país nos permiten dar el reconocimiento y el valor que merece el trabado doméstico no remunerado, en términos de su importancia para el desarrollo económico de la familia y la sociedad.

Debemos continuar impulsando las acciones que permitan reconocer, reducir y redistribuir el trabajo no remunerado, que actualmente recae desproporcionadamente en las mujeres.

Esta contabilización va a proveer evidencia científica que nos permitirá diseñar e implementar políticas públicas activas para el mejoramiento de la condición de las mujeres y tomar acciones para cerrar brechas de género en diferentes ámbitos”.

Por su parte, la Gerente del INEC, Floribel Méndez, recalcó que “para el INEC, es de suma relevancia saber que los resultados de la ENUT 2017, representan un insumo fundamental para la creación de la Cuenta Satélite y que de esta forma se visibilice el aporte del trabajo doméstico no remunerado a la economía nacional.

La cuenta satélite permite que el país responda de manera práctica al compromiso de generar acciones para el logro de la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres, y a la producción de estadísticas de género que den sustento, confiabilidad y promuevan el conocimiento científico para develar las brechas de género y actuar sobre ellas.”

Rodrigo Cubero, Presidente del BCCR, resaltó que “la CSTDNR permite cuantificar el valor económico de los servicios domésticos no remunerados.

Las estadísticas que arroja contribuyen a visibilizar ese tipo de actividades, y a dimensionar las desigualdades de género, geográficas y educativas que están en su base. A su vez, esa información nos permitirá realizar investigaciones para comprender mejor estos fenómenos y sus determinantes, y diseñar políticas públicas para reducir brechas y mejorar el bienestar de la sociedad”.