• Vivió solo unas horas
  • Sufrió por deshidratación y altas temperaturas

Redacción – Laika actualmente es una emblemática perrita, pero en aquellos tiempos era callejera en Moscú que fue rescatada para enviarla al espacio, pese a que sabían que nunca iba a regresar ni iba a tener una vida plena.

Fue un 3 de noviembre de 1957 cuando esta tierna, noble y pequeña perrita fue enviada en una misión espacial por parte de la Unión Soviética, lo que la convirtió en el primer ser vivo en salir de la Tierra.

En el marco de aquellos años, la Unión Soviética y Estados Unidos mantenían una competencia durante la Guerra Fría. Laika, por su parte, no tenía ninguna relación con los problemas del momento, pero fue obligada a involucrarse.


Vídeo de El País en el 60 aniversario


Era obvio que la Unión Soviética quería ganarle a Estados Unidos en todos los ámbitos, incluida la carrera espacial. Es ahí cuando el presidente Nikita Kruschev decidió enviar otra nave en conmemoración del 40 aniversario de la revolución comunista, pero esta vez quería un ser vivo en su interior.

«Por supuesto que sabíamos que iba a morir en ese vuelo, debido a la falta de medios para recuperarla», sostuvo Adilia Kotóvskaya, una de las científicas involucradas en la misión de 1957, según La República de Perú.

Incluso, esta experta afirma que se fue a despedir, le pidió perdón y hasta se le salieron las lágrimas por lo que estaban haciendo.

«La fui a ver, le pedí que nos perdonara e incluso lloré al acariciarla por última vez”, agregó.

Laika, desafortunadamente, cumplía con todas las características requeridas para viajar en la nave. Ella era callejera, por lo que estaba acostumbrada a la supervivencia. Además, era dócil, pequeña, pesaba apenas 7 kilos y se adaptó correctamente a los entrenamientos.

El viaje espacial: una tortura

Para la misión, la perrita fue introducida en la pequeña cápsula con un dispositivo para la regeneración química del aire y un alimentador automático.

Este estaba diseñado para abrir la tapa de un recipiente con una mezcla de nutrientes gelatinosos dos veces por día.

Poco a poco,  los sensores que tenía Laika mostraban que el ritmo de sus pulsaciones aumentaba. Incluso llegó a estar tres veces más acelerado de lo normal.

Aunado a eso, la humedad aumentó y la temperatura dentro de la cápsula llegó a pasar los 40°C.

Sufrimiento duró horas

Los expertos notificaron que Laika viviría 10 días, pero el exceso de calor y la deshidratación hicieron que muriera al cabo de unas horas.

Después de ella, 27 animales más fallecieron en circunstancias similares, producto de la ambición humana.

Entre 1948 y 1961, 48 perros, 15 monos y dos conejos fueron utilizados para los descubrimientos en el espacio.

Durante años, la Unión Soviética engañó a la sociedad al informar que Laika murió después de una semana en órbita, sin dolor; sin embargo, las primeras evidencias de su sufrimiento fueron presentadas en el 2002, en el World Space Congress, en Estados Unidos.

Ahora, Laika es todo un símbolo contra el maltrato animal y es recordada como toda una heroína. Activistas de todo el mundo esperan hacer justicia por ella.