- Fallecieron el 18 de junio en cuidados intensivos
Redacción – 53 años de casados, en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad. Así fue en matrimonio de Betty y Curtis Tarpley, dos estadounidenses que murieron por el virus del SARS-CoV-2 que provoca el Covid-19.
Los adultos mayores fallecieron el 18 de junio, con una hora de diferencia en el hospital de Texas.
Sus últimos momentos estuvieron tomados de la mano, sin soltarse ni un segundo, según contó su hijo, Tim Tarpley, al medio CNN.
Tarpley explicó que su madre, de 80 años, había estado enferma durante algunos días cuando la llevó al Hospital Metodista Harris Health Texas Fort Worth.
Ahí descubrió que ella tenía Covid-19. La hospitalizaron el 9 de junio y su padre, de 79 años, fue ingresado dos días después.
Los hijos comentaron que sus padres estaban en la Unidad de Cuidados Intensivos y las enfermeras aceptaron llevar a Curtis a la unidad de su esposa Betty, para que estuvieran juntos.
«Estoy lista para irme»
La salud de Betty empeoró, por lo que decidió llamar a sus hijos y les dijo «estoy lista para irme».
«Solo grité: ‘¡No!’ y pensé: ‘Tengo muchas otras cosas que hacer en esta vida que quiero mostrarles y no estoy listo'», dijo Tim, según CNN.
Él y su hermana visitaron a su mamá dos veces, pero la primera vez estaba muy medicada y no se dio cuenta que sus hijos llegaron.
Para la segunda vez, contó chistes y se reían juntos, pero los médicos dijeron que no le quedaba mucho tiempo de vida.
Tarpley contó que llamó a su papá para comentarle sobre la condición de su madre y le dijo lo mucho que ella lo amaba como esposo y padre de sus hijos.
Poco después de la noticia, los niveles de oxígeno de Curtis bajaron notoriamente.
«Realmente siento que a él le gustaba luchar porque se suponía que debía hacerlo, y una vez que se enteró que ella no iba a lograrlo, entonces estaba de acuerdo con llevarlo a la casa», explicó Tarpley.
Sucedió tan rápido que Tarpley y su hermana no pudieron volver a ver a su papá Curtis.
El reencuentro
Después de unos días sin verse, a pesar de estar en el mismo hospital, la reacción de ambos fue conmovedora.
Cuando la enfermera le dijo a Curtis que Betty estaba ahí, él trató de verla, pero estaba muy débil.
«Sus ojos se abrieron y sus cejas se alzaron. Sabía lo que decíamos. Sabía que ella estaba ahí», dijo la enfermera Blake Throne.
Ella puso la mano de Betty sobre el brazo de Curtis para que pasaran sus últimos momentos unidos.
Betty murió después de unos 20 minutos y Curtis una hora luego.