- Esperan a su rival de la semifinal de mañana entre el Bayern y el Lyon
Redacción- El París Saint-Germain consiguió la tarde de este martes un pase histórico para disputar su primera final de Champions League.
Los franceses lograron derrotar al Leipzig alemán en un juego que lograron controlar gracias al buen planteamiento táctico de su entrenador, Thomas Tuchel.
Quien realizó cuatro variantes en su once estelar en comparación al compromiso de los cuartos de final en el que sufrieron ante el Atalanta de Italia.
Las acciones de peligro llegaron desde muy temprano en el compromiso, puesto que al minuto 6 Neymar estrelló un balón en el marco rival.
Este control de las acciones se logró demostrar en el marcador al minuto 13, cuando Marquinhos puso el 0-1 con un gran remate de cabeza.
El jugador brasileño se impuso en las alturas tras una gran ejecución de un tiro libre por parte de Ángel Di María.
Pese a encontrarse por encima en el tanteador, el PSG no quitó el pie del acelerador y se mantenía enfocado en tener el partido en sus manos.
La segunda celebración de gol por poco se hace presente al minuto 36, cuando Neymar sorprendió con una ejecución creativa de un tiro libre, pero el esférico pego en el palo.
No obstante, al minuto 42 los parisinos lograron poner el 0-2 a su favor, el mismo fue obra de Di María ante una gran asistencia de Neymar.
La jugada surgió a partir de un error en la salida por parte del guardamenta Péter Gulácsi, quien le regaló el balón a los rivales que rápidamente armaron la jugada de la anotación.
Ya en el segundo tiempo fueron el duelo tuvo un pequeño cambio en su dinámica, puesto que los germanos consiguieron tener mayor control sobre el balón.
Aunque esto no les sirvió de mucho, puesto que al minuto 56 los franceses liquidaron el encuentro tras poner el 0-3.
La última anotación fue obra de Juan Bernat, quien se animó a lanzarse hacia el ataque y consiguió poner la lápida en el sueño del joven conjunto alemán.
En los minutos restantes el equipo de la llamada «Ciudad de la Luz» se dedicó a administrar el juego y evitar alguna sorpresa en zona defensiva.
Esto con un juego de posesión de balón, con el que adormecieron el ritmo del compromiso y al Leipzig que no pudo demostrar su juego explosivo que lo caracteriza.