small premature baby lies in an incubator a grown hand reaches in grasping the foot in caring manner

Redacción- Loran Denison es una joven madre que ha contado la devastación que sufrió después de que su naciera vivo tras un aborto a las 18 semanas.

La mujer de 27 años, de Blackburn, Reino Unido, estaba embarazada de su cuarto hijo, cuando una prueba a las 15 semanas reveló que tenía el síndrome de Edwards.


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Es importante mencionar que es una afección poco común pero muy grave y la mayoría de los bebés con este síndrome mueren antes o poco después de nacer.

La mujer y su pareja tomaron la decisión de someterse a un aborto después de que les dijeron que era poco probable que naciera con vida.

Pero el bebé, al que ya habían llamado Kiyo Bleu, nació a las cuatro de la madrugada del nueve de abril, con un peso de 150 gramos, y vivo.

Sin embargo, el milagro duró poco, ya que el recién nacido falleció 10 horas después del parto.

«Verlo morir fue una tortura. Me alegro de haber pasado ese poco de tiempo con él, pero también hizo que la situación fuera mucho más difícil. Mi hijo tenía un corazón de león», dijo la mujer.