De acuerdo con el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero en Costa Rica, el transporte es responsable de un 42% de las emisiones.
Redacción: Estudio apunta que menores emisiones de CO2 por desplazamientos al sitio de trabajo y un mejor aprovechamiento de la energía, son dos de las potenciales ventajas ambientales de las nuevas tendencias laborales.
Federico Reyna, Business Manager de WeWork Costa Rica, apunta que el trabajo híbrido, por ejemplo, va más allá de la reducción de las emisiones de carbono por un menor uso del vehículo para llegar al punto de trabajo.
Esto ya que también contribuye a la optimización de recursos que implicaría para una empresa construir, rentar o mantener su propio edificio.
Dependencia del automóvil a la movilidad activa
De acuerdo con el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (INGEI), en Costa Rica, el transporte es responsable de un 42% de las emisiones, por lo que se coloca a nivel local como el rubro que más contribuye al calentamiento global.
Dicho dato coincide con el promedio mundial, pues, de acuerdo con los indicadores del sitio global Statista, el sector del transporte mundial es uno de los principales contaminantes y en 2021 produjo más de siete mil millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (GtCO2).
Las personas usuarias de vehículo propio fueron la mayor fuente de gases de efecto invernadero ese año, representando aproximadamente el 39% de las emisiones del transporte mundial.
Entre los países analizados por la “Encuesta Mundial de Consumidores de Statista”, más de la mitad de las personas encuestadas afirmó utilizar el automóvil para desplazarse al trabajo.
De acuerdo con Federico Reyna, una de las soluciones más efectivas para reducir el volumen de vehículos y emisiones generadas por los automovilistas es justamente ofrecerles opciones a las personas para que vayan a sus trabajos sin necesidad de hacer grandes desplazamientos:
“Latinoamérica está transicionando a un modelo de descentralización de las operaciones, conocido como ‘hub-n’-spoke’; en el cual las organizaciones poseen una sede central, o ‘hub’, y oficinas adicionales en distintas zonas. Esto, unido a la implementación del trabajo híbrido, permite reducir los tiempos de traslado hacia la empresa, al facilitar oficinas en ubicaciones más cercanas al equipo de trabajo y reducir la cantidad de días que se asiste a la misma”.
Estas condiciones incentivan prácticas más sostenibles, desde el uso del transporte público, hasta la movilidad activa, ya sea caminando o en bicicleta, especialmente cuando la infraestructura ofrece alternativas para poder hacer uso de medios alternativos de transporte.
Oficinas con diseño pasivo
Parte de las ventajas de los espacios de trabajo flexible es que su construcción también toma en cuenta criterios sostenibles a través de conceptos como el diseño pasivo, el cual, permite aprovechar al máximo las características del entorno tales como la luz del día y las corrientes de aire.
Los altos estándares ambientales en la infraestructura de los edificios no solo reducen la huella ecológica en términos del uso de energía y recursos, sino que también contribuyen con el bienestar general de sus usuarios, lo que refleja nuevamente, cómo las decisiones ambientalmente pensadas inciden de manera integral en otros aspectos de la vida de las personas.