William Méndez
Periodista, abogado y analista político
Los norteamericanos han puesto al mundo en un juego peligroso que no debió haber existido, ni siquiera en broma, al abrir la posibilidad de que Donald Trump pudiera tener opciones presidenciales.
Sin que me quiera referir a la influencia de Vladimir Putin en este proceso electoral, jugar ese juego es como una ruleta rusa.
La bala de la muerte no son los problemas domésticos internos de los Estados Unidos, sino las amenazas contra los tratados comerciales y el incoherente planteamiento de política exterior lanzado por Trump. No le basta poner en peligro la delicada economía norteamericana sino que se puso a delirar con un poder que no debe tener en sus manos: la guerra.
Los Demócratas son liberales en muchos temas mientras que los Republicanos han sido mayormente conservadores. Esa diferencia se mantiene y se profundiza con la campaña de Trump y Clinton.
Historial
Lo primero que quiero definir en el concepto político, como la persona que se dedica a los asuntos públicos, su análisis y solución. Bueno, esa definición es únicamente aplicable a Clinton, quien tiene una carrera como figura pública, frente a un Trump, que también con una carrera pública, pero en el ámbito de los asuntos privados y negocios.
Hillary es, además de la esposa de Bill Clinton, senadora, secretaria de Estado fue asesora legal de grupos vulnerables en Arkansas, mientras que Trump está más asociados a la construcción de un imperio inmobiliario, concursos de belleza y la farándula.
Podríamos decir que la carrera pública de Clinton inició a mediados de los años setentas, en cambio la de Trump hace cerca de un año atrás. A ella se le acusa de ser parte del establishment -es decir, los que gobiernan- mientras que su contendor ni siquiera a lo que llaman un outsider -que viene de afuera- un tipo de anti político tradicional.
Y tal vez este es un tema medular: Trump no es un político tradicional, pero ni siquiera puede considerarse político en la definición común, pues ha preferido apartarse del diccionario para crear una definición para si mismo, tema que debe ser analizado por aparte.
Trump sacó a flote la peor parte de la sociedad norteamericana, aquella sin valores, superfluos, contradictorios, egocéntricos, individualistas, racistas, sexistas, homofóbicos, xenofóbicos, agresores, violentos, intolerantes y faltos de toda ética. El representa la sociedad opuesta a la que la mercadotecnia norteamericana nos ha acostumbrado por décadas.
Hillary, la primera mujer Demócrata que logra una nominación a la Presidencia de los Estados Unidos, evidencia que era mejor candidato Bernny Sanders, un rebelde conservado en el tiempo de mejores épocas de la historia norteamericana y, particularmente, la conciencia del anti sistema demócrata o, más bien, el más demócrata de estos tiempos o el último gran demócrata sobreviviente de los rebeldes de los años sesentas.
Clinton propone documentar a los indocumentados, una política migratoria abierta, expandir el Obamacare y que las familias indocumentadas puedan adquirir planes de salud, promover la anticoncepción y el aborto seguro y legal, mantener los acuerdos comerciales, fomentar la compra de manufactura interna, regular la portación y venta de armas, matrimonio igualitario y legislación contra la violencia a las mujeres.
Las últimas horas
De la lista de los temas más recientes, lo relevante es la parte oscura de la moral norteamericana, la cual prefiere fundamentar el voto a partir de un escándalo con email que palabras abusivas en contra de las mujeres. Si los votantes de Estados Unidos eligen a Trump, entenderemos que para ellos es más importante el usar un servidor de internet del gobierno que defender la dignidad de un ser humano.
Algunos de los insultos de Trump, recopilado por The New York Times, representan dos páginas de este medio. En total, estos fueron hechos a través de la cuenta de Twitter a 281 personas.
No es seguro cómo se comportarán los 27 millones de latinos que votan en estas elecciones, pero ellos son una fuerza que debería estar ofendida por la forma en que se trata a millones de inmigrantes. Con respecto a la elección anterior aumentó un 27 %, pero menos del 50 por ciento votaron en esa oportunidad.
Otro tema fue la declaración del FBI de que no cambiaría su criterio con respecto a los email de Clinton, quebrando así el argumento que le dio a Trump un empujón en la última semana.
La crisis de los Republicanos, divididos internamente, también podría representar la derrota en las elecciones para el Senado, que podrían quedar en manos de los Demócratas.
La prensa norteamericana, mayoritariamente, se han volcado contra Trump, quien ataca a los medios como ningún otro aspirante presidencial en la historia de esa nación.
Más de 300 economistas de mundo y premios nobel de economía han pedido votar en contra de Trump por múltiples argumentos, entre ellos, por considerar que el candidato Republicano es un ignorante económico.
Nueve fueron las mujeres que acusaron a Trump de relaciones impropias, hecho nunca antes visto en elecciones presidenciales.
Nada que envidiar
Tras meses de primarias, tanto Republicana como Demócrata, como de campaña presidencial, podemos decir comparativamente que la política costarricense no tiene nada que envidiarle a la norteamericana. Las elecciones costarricenses han mostrado, en los últimos periodos, un nivel más alto de discusión sobre los problemas y debate de ideas sin necesidad de sacar trapos sucios.
Lo mejor que le puede suceder a los norteamericanos es que terminen este martes las elecciones y con ellas, esperemos, se desangre menos esta sociedad agitadas por declaraciones peligrosamente incendiarias que pueden socavar su democracia.
No me gustaría estar en los zapatos de ciudadano norteamericano en un juego tan peligros en el que ellos mismos se han metido.