- En cuatro años, la Caja otorgó más de 95 mil incapacidades por trastornos mentales
Redacción- En un periodo de cuatro años, 2015-2018, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) ha incapacitado alrededor de 95 mil personas por motivo de trastornos de ansiedad y depresión, cifra que se traduce a casi 1 millón y medio de días de incapacidades otorgados.
Según datos de la CCSS, desde el 2015 hasta el año anterior, la cifra de personas incapacitadas ha ido en aumento, así como los días de incapacidad brindados por la entidad.
Las incapacidades otorgadas responden a distintos diagnósticos como: episodio depresivo, trastorno depresivo recurrente, trastorno de ansiedad y trastornos fóbicos de ansiedad.
Wayner Guillén, psicólogo y tesorero del Colegio de Psicólogos del país, estos datos deben ser analizados, pues no solo representan una alta inversión para la Caja, sino también porque la problemática de salud mental de los costarricenses no está siendo atendida de manera integral.
«Solamente en el año 2016, la Caja otorgó más de 78 mil incapacidades por depresión. Analicemos cuánto es eso en inversión. Datos de hace cuatro o cinco años, la Caja invirtió 1400 millones solamente por esta causa, entonces son datos importantes de tomar en consideración», dijo Guillén.
Según el especialista en psicología, si la salud mental de la población es abordada de manera integral, como corresponde, el costo que implica para la Caja otorgar este tipo de incapacidades, se reduciría de manera considerable.
A nivel mundial, la depresión, una de las manifestaciones más comunes de enfermedades de salud mental, afecta a más de 300 millones de personas, incluso, se coloca dentro de las principales causas de incapacidad en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Costa Rica vivió un incremento importante en el número de muertes a causa del suicidio. De 11 casos presentados a finales de noviembre del 2018 el número aumentó a 37 a fecha de enero del 2019.
La desatención de la salud mental de las personas implica un impacto importante en el bienestar social de la población por lo que la atención del problema debe ser inmediata.
Según Guillén, el Estado debe enfocarse en mejorar la atención primaria, desde las comunidades y núcleos familiares, así como prestar mayor atención a la prevención.
“¿Qué pasa en los pueblos? Se deben activar redes de apoyo en las comunidades para que las personas puedan afrontar y atender las dificultades que la misma vida presenta, económicas sociales, sentimentales”, expresó.