• Costa Rica es testigo de muchos homicidios a manos de individuos sin un alto perfil criminal.

Redacción – Adrián Salmeron, el nicaragüense que hasta el 16 de febrero parecía una personal normal, se convirtió de un momento a otro en el principal en el sospechoso de asesinar a una familia completa en Matapalo, Guanacaste.

Un atroz crimen que conmovió al país; al igual que muchos otros que han enlutado a Costa Rica.

Pero ¿por qué una persona normal puede convertirse en un asesino múltiple? Las conductas violentas como esta no siempre están ligadas a una enfermedad mental o a una trayectoria criminal.

Cualquier persona puede en minutos cambiar su vida.

Para criminólogos y psicólogos forenses, estas conductas violentas se originan por múltiples factores como, por ejemplo, la falta de control para manejar el enojo y la ira.

Por tal motivo, cuando ese control sobre el enojo falla, una persona puede canalizar sus emociones –como la furia, los celos o la frustración– de manera violenta en contra de otras personas.

Según Cristian Mora, criminólogo y psicólogo clínico del Poder Judicial, casos como el de Adrián Salmerón se deben en gran parte a la violencia generada por la sociedad.

“Ese tipo de violencia usualmente, se genera en personas que no tienen ningún trastorno mental y que cuentan con ciertas condiciones que la sociedad ha generado que hacen que mantenga un pensamiento sobre lo que me es permitido hacer”, dijo Mora.

Los que generan mayormente este tipo de violencia son los hombres y por otro lado los que más la padecen son los niños, mujeres y adultos mayores.

En estos casos se tiene que hacer una diferencia básica entre dos conceptos básicos como lo son la violencia y agresividad, siendo que la agresividad es una reacción para defenderse, mientras que la violencia es una conducta humana aprendida que conlleva una decisión cognitiva de pensar y luego hacer que como producto puede traer un asesino en masa.

La violencia como tal es un problema de salud ya establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en donde median, en primera instancia, componentes sociales por encima de los biológicos.

“Al hombre en esta sociedad patriarcal y teñida por machismo, se le ha enseñado y se le ha facultado socialmente a que la violencia es un medio de expresión normal, esperable y justificable ante ciertas cosas que contravengan sus creencias o sus fantasías de dominio”, añadió Mora.

Socialmente se ha facultado al ser humano a ejercer violencia cuando hay celos.

Cuando se da un acto de violencia como el ocurrido en Matapalo, la sociedad acude al discurso aprendido de “se le metió el diablo”, “está loco” o “no pensó lo que hizo”.

Pero de acuerdo con el análisis de un experto como Mora, si se piensa en lo que se hace, ya que es necesario que en el cerebro se generen las acciones para que el cuerpo actúe, de manera que si hay noción de lo que se va a hacer.

Es un acto que tiene que pasar por el pensamiento, que evidentemente es disfuncional y no adecuado, un pensamiento distorsionado, no patológico ni enfermizo, sino una conducta mal orientada que genera violencia.

De acuerdo con Mora, son contadas las ocasiones en las que una persona con alguna enfermedad mental aguda realiza dichos actos de violencia, o también cuando una persona se encuentra bajo los efectos de una droga, de manera tal que los actos son pensados con anterioridad.

Lo que la sociedad ha inculcado, misoginia, machismo, son pensamientos que han justificado estos actos a lo largo del tiempo.

Consecuencias

En el tema de las consecuencias en casos de un asesino múltiple, depende mucho de la capacidad de razonar que tenga el sujeto.

Si se tiene una característica psicológica de poco control de los impulsos, tiene que entrenarse más en lograr ese control, ya que de lo contrario, si esa persona se sigue alimentando de odio y en un ambiente no apto, va a ser más fácil que esos impulsos lo lleven a hacer algo más.

En el caso de Matapalo, el sospechoso se encontraba en un contexto bastante complejo que pudo alimentar su enojo que alimentó la violencia que se presentó en contra de una familia entera.

Al pensar en este macabro suceso, es imposible que no pase por la mente como un día como cualquier otro terminó siendo una pesadilla, cómo un ser humano puede llegar a extraviarse en la peor violencia.