Redacción – La noche de este jueves no fue normal para el cruzrojista que fue asaltado mientras iba a cumplir con su labor, salvar vidas.
Franciso Soto asegura que tras recibir la alerta de una emergencia, como si se tratara de una más, se dirigió rumbo al sitio del incidente, sin embargo no contaba con que sería una de las noches que marcaría por siempre su carrera como rescatista.
En el momento en el que se dirigía a atender la llamada de auxilio, Soto se topó en su camino a unas personas ya que pensó que se trataba del paciente que necesitaba de su atención.
El rescatista salió de la ambulancia para atender la emergencia, sin embargo al acercarse al vehículo los ocupantes lo encandilaron con las luces altas del vehículo y una persona lo acorraló.
Tras el acorralamiento, sintió como recibió varios golpes que venían de las ventanas del vehículo para tomar de su brazo izquierdo su reloj de pulsera.
Los golpes le provocaron heridas en su ojo y pómulo, y el cruzrojista asegura que temió por su vida al ver sangre cuando fue agredido, pero afirma que su vocación por ayudar a otros sigue intacta.
La noche de este jueves marcó a Francisco Soto, quien a pesar de tener hace 17 años de experiencia manifiesta que tras el ataque tiene miedo de ir a Pavas.
Tras el asalto, Soto manifiesta que se apresuró para salir del lugar, y pidió auxilio a sus compañeros. Mientras esperaba que llegara la ayuda, el cruzrojista cuenta que un señor se detuvo a ayudarle, y le está infinitamente agradecido a pesar de no saber quien era ni donde se encuentra ahora.
Además, Soto expresó que no es la primera vez que le ocurre un incidente similar, ya que años atrás fue un familiar de un paciente el que se encargó de atacarlo, y confiesa que en la Cruz Roja se han dado varios casos de asalto a otros compañeros, especialmente por andar solos.
Ante este tema, el rescatista hace un llamado a la ciudadanía para que sean voluntarios de la Cruz Roja y que se llenen de la satisfacción que da el ayudar a un paciente y ver su sonrisa luego de salvarle la vida.