Redacción- La fibrilación auricular ha despertado el interés de especialistas y pacientes a lo largo del mundo, no solo por ser la arritmia cardíaca más común, sino también porque se ha comprobado que incrementa en cinco veces el riesgo de sufrir accidentes cerebro vasculares como los infartos cerebrales.

Este mal, que afecta al corazón, se define como “una epidemia emergente entre las enfermedades cardiovasculares dadas las cifras tan elevadas y crecientes de incidencia”, ya que afecta entre 1% y 2% de la población mundial y el riesgo de desarrollarlo a lo largo de la vida es del 25%.

Además, esta enfermedad duplica la tasa de mortalidad de quienes lo padecen y altera su calidad de vida, por lo que no sorprende que 15 de cada 100 ataques cerebrales sean atribuidos a la fibrilación auricular.

Quienes tienen mayor riesgo de desarrollar un evento cerebrovascular son los pacientes con fibrilación auricular que tengan insuficiencia cardíaca, hipertensión arterial, diabetes mellitus, que hayan sufrido un evento cerebrovascular previo o sean mayores a 75 años.

Sin embargo, en todos los casos, un infarto cerebral provocado por la fibrilación auricular puede causar alguna discapacidad y hasta la muerte, por lo que el diagnóstico y el tratamiento oportuno pueden salvar la vida del paciente.

Pero, ¿cuál es la relación entre la fibrilación auricular y el infarto cerebral?

 La relación entre este mal del corazón y el infarto cerebral es innegable. Está comprobado que quienes sufren un accidente cerebro vascular relacionado con la fibrilación auricular tienen el doble de probabilidad de morir, en comparación con quienes sufren infartos cerebrales por otras causas.

La fibrilación auricular es un trastorno del ritmo o la frecuencia del corazón que evita que las cavidades de este se contraigan, formando coágulos de sangre. Los coágulos pueden viajar desde el corazón, por la arteria aorta, y llegar al cerebro, en donde obstruyen las arterias y desencadenan el infarto cerebral.

Los síntomas y factores de riesgo. 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), tanto en países industrializados como en vías de desarrollo, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en hombres y mujeres adultos jóvenes.

A pesar de que, en muchos casos, la fibrilación se da de manera repentina y puede no volver a ocurrir más, los síntomas van desde palpitaciones hasta el mismo infarto cerebral. Los signos de alerta más frecuentes son el exceso de cansancio o falta de energía, la falta de aire, variaciones del ritmo del corazón, problemas al hacer ejercicio o actividades diarias, dolor, presión o molestia en el pecho; mareo, aturdimientos o desmayos y mayor necesidad de orinar.

Por otra parte, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), las causas o factores de riesgo asociados a este mal del corazón, son la hipertensión, enfermedades hormonales como el tiroidismo, otros problemas cardíacos como presión alta, enfermedad de arterias coronarias, insuficiencia cardíaca, enfermedad pulmonar crónica, apnea del sueño, abuso del alcohol, neumonía, fiebre e hipotermia y el estrés súbito.

Diagnóstico y tratamiento.

Existen varias pruebas que un paciente puede realizar para detectar si los síntomas anteriores corresponden a la fibrilación auricular. Usualmente, el diagnóstico es clínico y se puede confirmar de una manera fácil mediante el electrocardiograma.

Dentro de las tendencias para atender a los pacientes con fibrilación auricular destaca el tratamiento preventivo con Rivaroxaban, el cual es un medicamento de venta exclusiva bajo prescripción médica       y un anticoagulante de nueva generación, que ha demostrado efectividad y seguridad en distintos estudios clínicos realizados recientemente, además de que tiene múltiples indicaciones aprobadas en la prevención de males relacionados con el corazón.