Redacción-La Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM), describe un descanso reparador como un sueño profundo y continúo, con respiraciones correctas, durante determinado período de tiempo.
Pero en caso de despertarse repetidamente durante la noche o levantarse con la sensación de no haber descansado lo suficiente, el cuerpo está mostrando indicadores de insomnio que tarde o temprano llegarán a afectar de forma negativa todos los ámbitos de la vida de una persona (cognitivo, físico y anímico).
Un estudio realizado por WASM, indica que el 45% de la población mundial padece trastornos de sueño, y está comprobado que las personas con insomnio sufren más síntomas de ansiedad y depresión, cambios de humor, dificultad para mantener relaciones sociales y personales, y agravamiento de los síntomas de muchas enfermedades mentales.
Padecer insomnio aumenta el riesgo de sufrir alteraciones cardiovasculares, déficits cognitivos y de memoria, favorece el aumento de peso y acelera el envejecimiento.
Los niños insomnes presentan dificultades en el aprendizaje y problemas de conducta, mientras que los adultos con sueño fragmentado y no reparador pueden presentar hipertensión arterial, diabetes, obesidad y otros trastornos médicos.
“El buen dormir va más allá de cerrar los ojos y recostarse, por ser una necesidad fisiológica se le debe prestar más atención a los diferentes factores que afectan el buen descanso y que posteriormente afectarán la salud”, Elizabeth Ledezma, Coordinadora de Mercadeo DIVECO Costa Rica.
Hábitos para lograr un descanso saludable:
- Establecer un horario regular para dormir y despertar.
- Ventilar la habitación, usar cortinas obscuras y evaluar las fuentes de ruido cercanas.
- Elegir el confort de colchón ideal según su peso y talla.
- Evitar comidas pesadas, y consumo de cafeína (café, té, gaseosas, chocolate) por lo menos 4 horas antes de dormir.
- Practicar una rutina relajante como un baño o la lectura.
- Olvidarse del trabajo, apagar el celular y la computadora unas horas antes de descansar.
