Redacción – Es común que todas las personas cuando tienen hambre suelan elegir alimentos altos en grasa y azúcar, y mucho de ellos podría ser por culpa de los genes.

Muchos se preguntarán ¿Por qué siempre se le antoja lo que más engorda y no nos comen un poco de espinacas o zanahorias?

Esto se debe a que el apetito se regula mediante un mecanismo cerebral que controla el equilibrio energético, por el que se tiende a equiparar la energía que gastamos en nuestra actividad diaria con la que obtenemos de los alimentos que ingerimos.

Pero es bien sabido que, ante la posibilidad de elegir, siempre nos atraen más los alimentos ricos en sal, azúcar y grasa, es decir, los que más contribuyen a incrementar o afianzar el riesgo de sobrepeso y obesidad.

La cantidad de grasa e hidratos de carbono, son los que les dan la textura y aroma a los alimentos, lo que incentiva su consumo.

Los alimentos como la lechuga y el brócoli gustan menos que los dulces y las papas porque son menos atractivos al paladar y eso tiene que ver, sobre todo, con la cantidad de grasa e hidratos de carbono.

Además, por ejemplo si se le pregunta a alguien que prefiere si una hoja de lechuga o la misma con aderezo y aceite, muchos responderán que la segunda opción; esto se debe porque el aceite aumenta la palatabilidad (atractivo al paladar).

El 63% de la población tiene una variante genética llamada FTO que les hace consumir un promedio de 100 calorías más en cada comida.

Las comidas grasientas producen gran satisfacción a corto plazo, mientras que las consecuencias negativas aparecen a largo plazo y son improbables.

 Una persona que solo come grasa tiene más posibilidades de padecer un trastorno cardiovascular, pero son probabilidades.

Por otro lado, cuando se tiene un día duro, por lo general las personas se premian con una tableta de chocolate, ya que hay  una relación muy alta entre factores emocionales y comida.

En muchos casos la comida se usa a veces como respuesta a un estado emocional negativo o positivo, tristeza, ansiedad, nervios, celebraciones o aburrimiento.