Redacción – Las Cataratas del Iguazú, considerada una de las 7 maravillas del mundo, es uno de los principales atractivos al sur del continente americano.
Se encuentran dentro del Parque Nacional que lleva su nombre, a unos 20 kilómetros de la ciudad de Puerto Iguazú, al norte de la provincia de Misiones, Argentina. El río que las forma, también llamado Iguazú, nace en el estado de Paraná, en Brasil.
Iguazú, en idioma guaraní, se traduce como Aguas grandes. Estas fueron descubiertas por los exploradores europeos en el año 1541.
Una vieja leyenda cuenta de la existencia de una serpiente gigante «Boi», la cual vivía en el interior del río. Para aplacar su ferocidad, los aborígenes sacrificaban a una dama una vez por año, arrojándola a las aguas como ofrenda para la bestia. En una de esas ocasiones, un valiente guaraní raptó a la doncella elegida, para salvarla del tradicional rito, escapando con ella en canoa por el río.
Al enterarse de la osadía, Boi entró en cólera y encorvando su lomo partió el curso del río, creando así las cataratas y separando de este modo a ambos indígenas.
El visitante encontrará más de 270 saltos a lo largo de los acantilados e islotes, repartidos en la media luna que forma este accidente geográfico.
Los senderos pueden recorrerse a pie o puede optarse por un pintoresco trencito a combustión de gas. Básicamente, se pueden apreciar las Cataratas del Iguazú a través de dos circuitos: uno inferior y otro superior.
Por el Circuito Inferior se llega a la base de los saltos y la fuerza del agua transformada en rocío o vapor termina mojando a los concurrentes. Pero la experiencia es única y vale la pena animarse a la aventura. También desde este circuito se puede tomar un bote con destino a la isla San Martín.
En el Circuito Superior, el paseo es más sedentario. Vistas panorámicas desde las pasarelas y los miradores hacen de la estadía una experiencia inolvidable.
A lo largo del recorrido, se pueden conocer los siguientes saltos: Salto Floriano, Salto Deodoro, Salto Benjamín Constant, Salto Unión, Salto Escondido, Salto Mitre, Salto Belgrano, Salto Rivadavia, Salto Tres Mosqueteros, Salto Dos Mosqueteros, Salto San Martín, Salto Adán y Eva, Salto Bozzetti, Salto Ramirez, Salto Chico, Salto Dos Hermanos y Salto Alvar Nuñez, entre otros.
Dentro del recorrido, saliendo de la estación Cataratas, llegamos a la pasarela que atraviesa el río superior. Luego de caminar por ella, arribamos al borde del balcón de la Garganta del Diablo, el salto de agua más grande de todos. La sensación de imponencia es incomparable y por más que saquemos millones de fotografías de este rincón, nunca lograremos expresar con imágenes lo vivido en este lugar. El caudal es tan grande y su densidad tan vertiginosa, que uno se siente vulnerable frente a este particular escenario.
En 1984, la UNESCO las declaró como patrimonio natural de la humanidad y en 2011, un certamen internacional nominó a las Cataratas del Iguazú como una de las 7 Maravillas Naturales del Mundo.