Redacción– El roce y la pasión hace el cariño, sin embargo las prácticas sexuales bucogenitales también pueden abrir las puertas al cáncer oral. La practica del sexo oral de manera irresponsable estaría elevando los casos de cáncer que se alojan en ciertas partes de la cabeza y el cuello, esto debido a la presencia del virus de papiloma humano.
Especialistas en oncología y radioterapia así lo confirman estos se reunirán este sábado 28 de julio en el auditorio del Colegio de Médicos, en una jornada médica, para ampliar conocimientos y detalles sobre la atención y el tratamiento de estos tipos de cáncer que son considerados de alta complejidad.
La radioterapeuta María Bonilla, del Centro de Radioterapia Siglo XXI, confirma que estudios científicos comprueban que la primera causa de cáncer de orofaringe, en pacientes jóvenes, es por el virus del papiloma humano, mismo que se contrae al practicar sexo oral con una persona portadora del virus.
La orofaringe, es la parte de la garganta que se ubica detrás de la cavidad oral e incluye el tercio posterior de la lengua, el paladar blando, las paredes laterales, las posteriores de la garganta y las amígdalas.
“En la incidencia global, el cáncer de cabeza y cuello,siempre ha tenido mayor incidencia en la población masculina sobre la femenina, sobre todo por la ingesta de tabaco y alcohol, que son considerados los otros dos factores altos de riesgo. Sin embargo, dadas las diferentes conductas sociales, hoy vemos una incidencia muy similar entre ambas poblaciones”, detalló Bonilla.
El cáncer en cabeza y cuello es altamente complejo por el manejo y tratamiento, dado que incluye muchos sitios y cada uno de ellos tienen subsitios a tratar. Los médicos explican que los tumores cancerígenos se alojan desde la base de cráneo a cuello, exceptuando el cerebro. Abarca 10 regiones: el oído, las glándulas salivales, los senos paranasales, la nariz, la nasofaringe, la orofaringe, la hipofaringe, laringe, tiroides y ojos.
El cáncer de cabeza y cuello es tan complejo, que en su atención entra el cirujano, los especialistas en otorrinolaringología, el oncólogo, el radioterapeuta, un nutricionista, los dentistas y hasta la parte psicológica.
De acuerdo con la doctora Bonilla, el rol de la radioterapia en cabeza y cuello, tiene una función muy importante y se puede aplicar ante tres escenarios.
“Puede ser un tratamiento definitivo; en el sentido de que el tratamiento principal es la radioterapia; puede ir sola o acompañada de quimioterapia, y la función de la quimioterapia es sensibilizar los tejidos a la radiación. Es decir, que ahí el tratamiento primario no es ni la quimio ni la cirugía, sino, que la radioterapia forma parte del tratamiento definitivo de intensión curativa.
El otro rol es como un tratamiento adyuvante, en donde más bien la cirugía fue el tratamiento primario, es decir, tras la operación se extirpa parte del tumor, pero por los factores de riesgo es necesario prevenir una recaída en el paciente entonces ahí se utiliza radioterapia”, explicó la radioterapeuta Bonilla.
Uno de los factores determinantes en los pacientes con cáncer en cuello y cabeza, es que al colocarse un inmovilizador, es decir, una especie de máscara en su cabeza para aplicarle el tratamiento, es importante que no pierdan de peso, porque la máscara podría moverse y la radiación podría afectar otros órganos. Por lo tanto, es fundamental en este tipo de tratamientos la localización diaria de la lesión mediante la aplicación de radioterapia con imágenes guiadas.
Bonilla asegura que el tratamiento con radioterapia tiene altas tasas de curación en los pacientes, aún y cuando algunos tengan efectos secundarios en el mediano o largo plazo, como la carencia de saliva, del gusto y la piel enrojecida.