Redacción- Un revólver calibre 38 que fue utilizado en un asalto, un homicidio o una amenaza e incautado por oficiales del Ministerio de Seguridad Pública se convierte en recursos para la investigación de temas ambientales para beneficio del país.
Es así como un arma, sin registro en el sistema de control de armas y explosivos del Ministerio de Seguridad, con la serie limada y la marca desconocida hace que estudiantes e investigadores del Tecnológico de Costa Rica (TEC) estudien temas de interés social.
¿Cómo sucede esto? La Dirección General de Armamento (DGA) quien destruye las armas por orden de un juez mantiene un convenio con el Centro de Transferencia y Transformación de Materiales (CTTM), que pertenece al Centro Investigación en Protección Ambiental (CIPA) del TEC.
Es así como partes metálicas de las armas de fuego se entregan, mediante un proceso legal y auditado, al CTTM que junto a otros materiales reciclables los venden fuera del país y el dinero recaudado ayuda al sostenimiento del Centro en el que laboran 20 personas y a apoyar económicamente a estudiantes e investigadores graduados para que trabajen temas de protección ambiental.
William Hidalgo, director General de Armamento, informó que “los residuos de las armas que destruimos son hierro; por eso tenemos hicimos el convenio con el CTTM para culminar un proceso legal y de responsabilidad con el ambiente.”
“Producto de esta labor, es significativo para nosotros como Dirección porque una parte del dinero se destina a investigación a esta institución”, acotó Hidalgo.
Uno de los proyectos que actualmente trabajan es la investigación de componentes naturales que eliminen el arsénico del agua en Bagaces y Abangares, Guanacaste.
Carolina Martín Salas, estudiante de tercer año de la carrera de Ingeniería Ambiental del TEC, comentó que “actualmente soy asistente del proyecto arsénico, buscando materiales absorbentes de arsénico para disminuir la concentración en aguas contaminadas”.
Es así como los beneficiados pasan horas efectuando análisis de laboratorio en la Escuela de Química del TEC con el fin de diseñar, implementar y encontrar la mejor solución para este problema.
Pero, este no es el único proyecto en el que el TEC se ve beneficiado; si no que suman cerca de 400 proyectos más en distintas áreas.