Redacción- Oficiales de la Policía de Fronteras, destacados en el cantón de La Cruz, Guanacaste, evitaron que más de 5.000 unidades de diversos medicamentos, introducidos en condiciones insalubres desde Nicaragua, pusieran en riesgo la salud de posibles consumidores.
Los cargamentos de medicinas fueron interceptados durante diversos operativos realizados en la semana que recién concluye, durante patrullajes fronterizos y revisiones de vehículos.
Sujetos abandonaron millonario cargamento de unos 4.000 fármacos al notar presencia policial
El primer caso tuvo lugar el miércoles pasado cuando los oficiales patrullaban por un sector cercano al complejo fronterizo de Peñas Blancas, en el citado cantón guanacasteco.
Varios sujetos que estaban ingresando al país, procedente del vecino país, al notar la presencia policial decidieron huir por entre los matorrales y escaparse hacia su país, dejando abandonados varios paquetes.
Tras revisar el contenido de lo que portaban, los policías fronterizos descubrieron que se trataba de uno de los cargamentos de medicinas más grandes detectados en ese sector este año, consistente en su mayoría por analgésicos como Panadol, Dorival y Aleve, además de antigripales, todo lo cual asciende a unas 4.000 unidades.
Entre lo encontrado en el cargamento también se encuentran algunos antibióticos, los cuales son unos fármacos sumamente regulados en nuestro país, por lo cual solo se pueden expender mediante receta médica.
Dentro de los paquetes también iban algunos productos de higiene personal y cosméticos, todo lo cual, aunado a los fármacos, podrían esta valorados en casi 2,5 millones de colones
En autobús policías encontraron más de mil medicinas contrabandeadas
En otro cumplimiento, efectuado el jueves en la Carretera Interamericana Norte, a la altura de la entrada a Cuajiniquil, durante una revisión vehicular, la Policía de Fronteras descubrió 1.238 unidades de diversos medicamentos.
Los fármacos, consistentes en antibióticos, analgésicos y antigripales, eran transportados en las gavetas de un autobús procedente de Peñas Blancas, donde podrían experimentar altas temperaturas.
Se presume que los medicamentos eran de alguno de los pasajeros, pues nadie se hizo responsable del paquete.
Los medicamentos fueron entregados a la oficina regional del Ministerio de Salud, ubicada en La Cruz, a fin de que se procediera a la destrucción de estos productos.
Ello debido al riesgo que corrían los posibles consumidores, dadas las condiciones inadecuadas en que eran transportados los productos, además de que posiblemente iban a ser consumidos sin la supervisión de profesionales en medicina o farmacia.