Redacción- El exministro de educación narró en sus redes sociales la honestidad de la persona que encontró su computadora y no quiso aceptar una recompensa.

«El lunes por la noche, al salir de la sesión del Consejo Superior de Educación, tomé un taxi frente al San Juan de Dios para regresar a casa. Al llegar, cenamos y, minutos después, me percaté de que mi computadora no estaba. Primero – lógico – buscar por toda la casa ¿dónde la puse al llegar? Luego, con alarma, darme cuenta: ¡la dejé en el taxi!», comentó Leonardo Garnier Rímolo.

Garnier añadió que no tenía idea de si el taxi pertenecía a alguna cooperativa ni, mucho menos, del número de placa, sin embargo, luego de varias llamadas infructuosas a varias de esas cooperativas, preguntando por un taxi que hubiera hecho ese recorrido.

«En una de ellas la recepcionista me hizo una sugerencia: “esos taxistas que están frente al San Juan de Dios son siempre los mismos, vaya y pregunte ahí”.

Eso hice. El taxista que me había llevado no estaba, así que pregunté a los que sí estaban: “¿Conocen a un taxista delgado, de pelo muy largo, que trabaja aquí?” Varios sabían de quién se trataba: “claro, es el Mechas” – dijeron», destacó Garnier.

El exministro luego de caminar en varios lugares de San José buscando la computadora no encontró nada.

«Pero no estaba y ellos no tenían sus referencias. Uno de ellos me sugirió ir al KFC frente al Parque Central – la antigua Soda Palace – pues “el Mechas”, según me dijo, solía llevar a los trabajadores del KFC al final de su jornada. Así que fui a KFC y, en efecto, un taxista que estaba ahí lo conocía y tenía su teléfono.

Lo llamó – yo, expectante – pero las noticias no fueron buenas: buscó, pero la computadora no estaba en el asiento de atrás del taxi. “Dice que después de llevarlo a usted él hizo dos carreras, una hasta Aserrí, y luego otra a Cristo Rey. Pero no, su computadora no está” – me dijo el amigo del Mechas», comentó en la publicación.

Leonardo Garnier expresó que estaba resignado y empezó a pensar qué computadora comprar y como recuperar la información importante que tenía.

«Habrá que comprar una nueva – y estaba casi nueva – y recuperar el back-up, y ver qué cosas no tenían respaldo y… en fin, ¡qué agüevazón!

El martes, todo el día, con esa sensación de molestia, y averiguando precios para volver a comprar computador… y esa sensación de malestar. A eso de las ocho de la noche, revisando correos en el teléfono, encuentro el siguiente mensaje:

‘“Estimado, el día de ayer en horas de la noche encontré en la parte trasera de un taxi una computadora, he tratado de localizarle, pero encontré varios perfiles en Facebook y le envié un mensaje a varios de ellos; como hice con los demás por seguridad me podría indicar la marca el color del aparato para poder hacer la devolución, quedo atento a su respuesta gracias. M.’”, comunicó Garnier en la publicación.

El ex ministro comentó que le volvió el alma al cuerpo y de inmediato llamó a la persona y le expresó que la noche anterior, en un taxi, encontró una computadora que alguien dejó olvidada, y que prefirió recogerla para ubicar luego al dueño.

«Quedamos en vernos al día siguiente y, puntualmente, nos encontramos en el lugar acordado, donde M. me entregó mi computador. Yo no podía estar más agradecido. Él, un muchacho súper amable y cordial, contento de haberme ubicado para entregarme el aparato.

Le ofrecí un sobre con una recompensa en agradecimiento no solo por ahorrarme la compra de una nueva compu sino el tiempo que todo eso habría implicado. No hubo forma, M. no quiso aceptar nada. Él simplemente estaba contento de haber logrado su propósito: retornar el equipo a su dueño y librarlo de la angustia», destacó.

Sin duda alguna esta persona es un claro ejemplo de honestidad. «Muchas gracias, M. por devolverme la compu pero, sobre todo, muchas gracias por devolverme la fe en la gente», finalizó.