- Investigaciones revelan datos alarmantes
Redacción- «El trabajo está matando a la gente y a nadie le importa», esto dice Jeffrey Pfeffer, autor del libro «Muriendo por un salario», basado en estudios e investigaciones en el área laboral recopiladas en su obra.
Pfeffer, quien es profesor de la Escuela de Postgrado de Negocios de la Universidad de Stanford y autor o coautor de 15 libros en el campo de la teoría organizacional y el manejo de recursos humanos, plantea en este libro que el sistema de trabajo actual está afectando la salud de las personas e incluso provocando su muerte.
En el libro, Pfeffer cuenta la historia de un hombre, Kenji Hamada, quien con 42 años murió de un ataque al corazón. Hamada trabajaba alrededor 75 horas a la semana y duraba aproximadamente dos horas para llegar a su lugar de trabajo.
Antes de su muerte, el hombre había trabajado 40 días seguidos sin parar y su viuda declaró, luego de su fallecimiento, que Kenji estaba «excesivamente estresado».
En entrevista con BBC Mundo, el autor del libro reveló datos interesantes sobre las evidencias encontradas tras sus investigaciones, aquí un extracto de la conversación:
En su libro usted menciona que existe un sistema laboral tóxico que está matando a la gente. ¿Qué evidencia tiene al respecto y cómo el trabajo moderno afecta a los empleados?
Existe evidencia de sus efectos sobre la salud. Las largas jornadas laborales, los despidos, la falta de seguro médico, el estrés provocan una enorme inseguridad económica, conflictos familiares y enfermedades.
El trabajo se ha vuelto inhumano. Por una lado las empresas, de una manera fundamental, se han desentendido de la responsabilidad que tienen con sus empleados. Pero también ocurre que así como crece la «economía gig» (de trabajadores independendientes), también crece la inseguridad laboral.
¿Quién es responsable de este fenómeno?
Si piensas en los años 50 o los 60, los directivos decían que era necesario equilibrar los intereses de los empleados, los clientes, los accionistas. Ahora todo está centrado en los accionistas.
En los bancos de inversión, por ejemplo, hay una práctica muy generalizada bajo la cual trabajas, vas a tu casa a darte una ducha y regresas a la oficina. Bajo ese sistema, muchos empleados se vuelven drogadictos, porque terminan consumiendo cocaína y otras drogas para mantenerse despiertos.
Aunque el fenómeno que usted describe sería transversal, ¿hay ciertos sectores más afectados?
Un empleado de una fábrica, un piloto de avión, un conductor de camión, tiene un límite máximo de horas que puede trabajar. Pero irónicamente, en muchas de las profesiones no hay límites.
En el caso de Estados Unidos, usted ha escrito que el lugar de trabajo es la quinta causa de muerte en Estados Unidos
Al menos la quinta causa, quizás más.
¿Y quién se hace cargo de esas muertes?
Los empleadores son responsables y los gobiernos son responsables por no hacer nada al respecto.