- Los cantones de Garabito y Montes de Oro en Puntarenas tienen las tasas más altas de mortalidad en este grupo etario en todo el país, mientras que Upala y Sarapiquí registran las cifras más bajas.
Redacción- A nivel mundial, Costa Rica es reconocida por tener “zonas azules” donde los ciudadanos superan en un buen porcentaje los 100 años gracias a una buena calidad de vida.
Un hecho que pone al país ante un reto, ¿Cómo debe el Estado planificar para atender a esta población ante un incremento en la esperanza de vida?.
Por este motivo, la Dra. Irene Navarro Ureña desarrolló la investigación “Evolución de la mortalidad por edad, sexo, causas y distribución regional en personas de 65 años y más en Costa Rica” con el apoyo del Unidad de Investigación de la carrera de Medicina de la Universidad Hispanoamérica a cargo del Dr. Ronald Evans, epidemiólogo.
Dicho trabajo fue publicado en la Revista de Ciencias de la Salud de la UH en el volumen 4. http://uhsalud.com/index.php/revhispano/article/view/380
ERFIL DE LA MORTALIDAD EN LA TERCERA EDAD
Cabe señalar que aunque hay diversos e importantes estudios de mortalidad en la población de la tercera edad costarricense, este es el primero que analiza el periodo de 1970 al 2014, es decir, 44 años consecutivos.
La Dra. Navarro Ureña consultó las bases de datos del Centro Centroamericano de Población (CCP), el Instituto de Estadísticas y Censos (INEC), así como diversos estudios, publicaciones y revistas científicas. De ahí, la importancia de esta investigación cuantitativa, descriptiva, observacional y transversal.
Se hace la observación que según datos del INEC la esperanza de vida al nacer en 1970 era de 65.48 años y para 2014 se ubicó en 79.7 años Además, se calcula que para el 2030, nuestro territorio tendrá 728.000 adultos mayores
El primer dato analizado es el comportamiento de las tasas de mortalidad por año y que muestran un descenso, lo que evidencia como la esperanza de vida de los costarricenses ha ido aumentando.
Para el año 1970 la tasa de mortalidad registró más de 50 fallecimientos por cada 1000 adultos mayores. La tasa disminuyó en los años siguientes, pero al llegar al año 1990 en adelante inicia un aumento en la mortalidad sobrepasando para 1996 las 45 muertes por cada 1000 adultos mayores. Al llegar al 2014, la cifra es menos de 35 muertes por cada 1000 adultos mayores.
Al revisar la mortalidad por sexos. Los registros muestran que el hombre alcanza las cifras más altas. Las razones deberán ser analizadas en otro estudio.
El gráfico evidencia que, entre ambos sexos, las tasas de mortalidad disminuyeron, siguiendo la misma tendencia. Sin embargo, se aprecia una diferencia importante. Mientras que en los varones las tasas de mortalidad durante el lapso de 1970 al 2014 se ubicaron entre 48 a 40 fallecimientos por cada 1000 adultos mayores, mientras en las mujeres se registraron tasas de 44 a 35 muertes por cada 1000 adultos mayores de 65 años y más.
Según la Dra. Navarro “en este grupo etario a nivel mundial, la esperanza de vida de las mujeres es aproximadamente 5 años mayor que la de los hombres. Además, la mortalidad de adultos mayores varones es mucho más elevada en Europa Oriental que en algunos países en desarrollo de América, Asia y Región del Mediterráneo Oriental”
Al revisar las tasas de mortalidad por rango de edades, en el primer lugar se ubican las personas con más 90 años. Le sigue el grupo de 85 a 89 años. En un tercer lugar de 80 a 84 años. Como es lógicos esperar, las tasas conformes las personas aumentan la edad, se hacen mayores.
En relación con las causas de la muerte, las enfermedades cardiovasculares se ubican un primer lugar, aunque en este periodo se puede apreciar una disminución constante. En un segundo lugar se ubica los tumores malignos. En un tercer lugar, las complicaciones respiratorias. En un cuarto lugar, las causas externas como los accidentes de tránsito, homicidios, entre otros. Por último, las enfermedades del sistema digestivo.
La mortalidad por causa cardiovascular es más frecuente en el sexo femenino mientras que por causa tumoral es más frecuente en los hombres.
Otro hallazgo relevante de este trabajo es poder mostrar geográficamente ¿cuáles son los cantones con mayores o menores tasas de mortalidad de persona 65 años y más?