- Los elefantes son sometidos a altos niveles de estrés
Redacción – Luego de luchar por su vida durante más de dos meses, murió la noche del lunes la elefante esquelética de 70 años, llamada Tikiri, que fue obligada a trabajar en un festival religioso en Sri Lanka.
Así lo informó la fundación Save Elephant, la cual había expuesto el caso inicialmente y revelaron que tuvo que unirse temprano cada tarde hasta altas horas de la noche para la procesión budista de todas las noches durante 10 días consecutivos.
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Incluso, los activistas de esta organización destacaron que siente alivio porque esta hembra de gran tamaño ya no sufrirá el maltrato.
«Aquí hay tanto dolor como alivio. Pensar en ella trae tanto dolor a nuestro corazón. Ese duro servicio fue su vida, y no la libertad, conlleva para nosotros un compromiso con otros que aún sufren. El hecho de que no pudimos ayudarla antes de que sus ojos se cerraran para siempre, fomenta un coraje renovado y nos da la responsabilidad de que encontremos refugios seguros para todos los elefantes cautivos nacidos bajo el yugo del hombre», publicó la fundación.
Además, la elefante debió permanecer en medio del ruido, de muchas personas, fuegos artificiales y el humo, lo que representa un combo que atemoriza a cualquier animal, desde el más pequeño hasta el más grande.
Tikiri, pese a que estaba muy enferma, la obligaban a caminar muchos kilómetros todas las noches para que las personas se sintieran “bendecidas” durante la ceremonia.
«Lo que deseábamos para Tikiri, incluso unos días de libertad con amor y cuidado, lo exigiremos a los demás. El día que conocí a Tikiri, sus ojos se encontraron con los míos, diciéndome todo lo que necesitaba saber. Su propio miedo, ira y tristeza ahora es parte de ese recuerdo más largo de su clase que no debería tener afecto. El sufrimiento de Tikiri ha terminado, su alma ahora está libre. No más daño para ella. Descansa en paz querida Tikiri. Nunca regreses a este mundo tan cruel contigo y tus amigos», concluyeron los activistas.