- Compañía Posibl. documentará el rescate de Ramba
Redacción – Ramba es una elefante asiática de 52 años con un final muy feliz. Luego de ser explotado en circos de América del Sur y vivir en un zoológico chileno, este animal empieza su nueva vida al aire libre.
De acuerdo con La Vanguardia, para que Ramba participara en los espectáculos, tenía que recorrer gran cantidad de kilómetros en avión y luego en camión, con las patas amarradas.
Historia
Su vida no ha sido para nada sencilla. Los elefantes asiáticos son animales que necesitan compañía. Andan en manada en todo momento y así recorren decenas de kilómetros.
Incluso, cuando muere uno de la manada, lloran la pérdida y adoptan comportamientos «de luto». Esto evidencia que Ramba vivió un calvario cuando fue separada de su madre para ser encerrada.
Si Ramba se portaba mal y no obedecía las órdenes, le clavaban un bullhook bajo su trompa, un castigo muy doloroso. Así fue como la obligaron a aprender, a punta de maltratos con esa punta que le causaba dolor.
Su nivel de temor era tan alto que incluso terminó aprendiendo a hacer equilibrios y trucos sobre sus dos patas traseras para entretener al resto.
Al terminar la función, le ataban sus patas y la transportaban al siguiente destino. Además, nunca caminaba y permanecía sola en una jaula.
Luego de esta pesadilla frente a un público que se burlaba de ella, pasó en cautiverio en el zoológico Parque Safari la Rancagua en un espacio reducido.
Así fue la vida de Ramba hasta que, la semana anterior, fue liberada en un santuario de elefantes en Brasil.
Fue desde el 15 hasta el 20 de octubre que Ramba viajó hacia su libertad.
«Se la va a hidratar cuatro veces al día, se le va a dar heno, fruta, verduras, y todo lo que vaya necesitando. Solamente vamos a poder dormir y descansar unas cuatro o cinco horas por día, porque los elefantes caminan mucho durante la noche. Entonces, durante la mayor cantidad del tiempo hay que avanzar para que no se sienta retenida en ese lugar si necesita caminar», comentó en su momento el dueño de la compañía Posibl., Martín Parlato, quien documentará todo el rescate de Ramba.
En total fueron 20 personas las que acompañaron a Ramba. Fueron los directores del santuario, Scott y Kat Blais, también cuatro documentalistas de Posibl., cuidadores y veterinarios.