El glaciar Lemon Creek, de Juneau, experimentó su segundo año consecutivo de pérdidas inéditas con tres metros restados a su superficie, precisó Louis Sass, del Servicio Geológico de Estados Unidos.
Tras realizar mediciones en este otoño, Sass manifestó que el derretimiento llegó hasta la cumbre de la masa de hielo.
Resulta una señal realmente mala para un glaciar, sostuvo al destacar que el problema a gran altitud significa que no hay una acumulación de nieve que se compacte en hielo y ayude a contrarrestar pérdidas en estratos menores.
Por otra parte, el glaciar Wolverine, en la península Kenai, sufrió la segunda mayor disminución registrada desde los años 60 del siglo pasado.
Además, se produjo un derretimiento significativo en el Parque Nacional de los Fiordos de Kenai, que fueron visitados por el expresidente Barack Obama para llamar la atención sobre el cambio climático, apuntaron las informaciones periodísticas.
En tanto, el glaciar Bear, un popular destino turístico, retrocedió casi un kilómetro en 11 meses.
Según Nate Lewis, un guía de la naturaleza que lleva a viajeros al nuevo lago formado en la base del glaciar, ‘es casi como si lo hubieran pinchado y empezado a desinflarse’.
Alaska se encamina a romper en 2019 su récord de año más caluroso a no ser que diciembre sea dramáticamente más frío que lo previsto, consideró a inicios de este mes Brian Brettschneider, especialista en clima.