• El secreto radica en aprender a expresarse para una convivencia familiar

Redacción – Saber escuchar y conversar es la clave de cualquier relación y más aún cuando se trata de los padres de familia con sus hijos.

Una tarea difícil, en especial cuando los papás sienten que están limitados, pues se ven obligados a dividir la vida laboral con el tiempo en familia.

Pese a los obstáculos, los padres deben generar una buena comunicación para que todos sus miembros puedan expresar adecuadamente sus sentimientos y emociones. En especial, cuando hay niños porque esto les permitirá desarrollar confianza en sí mismos.

Para mejor la convivencia familiar, las psicólogas Karina Picado y Sarita Álvarez brindan los siguientes consejos para fortalecer el lazo entre padres e hijos.

  1. Averiguar cuánto y en qué lugar los hijos están dispuestos a entablar una comunicación.
  2. Conocer y adaptarse a los defectos y virtudes de cada uno de los miembros del grupo familiar. Pregunta directamente que elementos necesitan para que fluya una buena conversación.
  3. Encontrar los mecanismos para canalizar la ira, la frustración, impotencia e incluso odio, por ejemplo, mediante el ejercicio. De esa manera lograrás desarrollar la capacidad de diálogo bajo un nivel adecuado permitiendo que las partes hablen en un ambiente adecuado.
  4. Establecer las reglas del juego en casa te permitirá que fluya la comunicación. Es importante siempre obedecer las promesas o acuerdos, pues de lo contrario los hijos perderán la confianza en su progenitor.
  5. Abrir espacios para tratar temas en un contexto cómodo.
  6. Permitir la escucha y no convertir que el encuentro sea un monólogo. De esa manera será más sencillo que los padres puedan conocer sus inquietudes, necesidades, temores y fortalezas de los hijos. El secreto radica en estar atentos y no juzgar.
  7. Romper con la postura autoritaria. No es necesario ejercer temor o miedo para lograr que los hijos acaten los límites establecidos.
  8. Ser claro a la hora de pedir algo. Evitá los largos discursos.
  9. Propiciar reuniones o juntas familiares cada cierto tiempo para poner sobre la mesa situaciones que pueden estar incomodando a sus miembros.
  10. Intentar ponerse en el lugar del otro. Quizás esa sea la mejor manera de comprender cómo se siente la otra persona, y así encontrar una la solución.