- Al no comer seguido el metabolismo se vuelve más lento y se tiende a golosear más de la cuenta
Redacción – Dejar pasar el desayuno quizás por dormir un poco más o del todo no almorzar por exceso de trabajo, por ejemplo, puede volverse un hábito nocivo para el organismo.
La alimentación durante el día es importante para darle al cuerpo la energía que requiere para su buen funcionamiento. Además, de evitar estados de fatiga, enfermedades, así como la costumbre de picar entre horas.
La nutricionista Kimberly Rodríguez, del Hospital Universal, señala que es vital no saltarse los tiempos de comida y realizar en promedio una cada tres horas y no más de cuatro horas para mantener un nivel de energía más o menos constante.
La primera comida, dice Rodríguez es el desayuno, luego la merienda a media mañana y el almuerzo que debe ser más fuerte.
En la tarde, se recomienda una merienda y una cena que debe tener al menos una proteína y una opción de vegetales.
La cantidad de tiempos de comida va a depender del estilo de vida de cada persona, pero al menos se tienen que hacer los tres principales: desayuno, almuerzo y cena, señala María Ángel Fonseca, nutricionista del Centro de Nutrición Larisa Páez.
Añade que si la persona es muy ansiosa puede hacer las meriendas a media mañana y media tarde.
Es importante comprender que cuando se saltan las horas establecidas para comer el organismo está en una especie de alerta. Por lo tanto, cuando recibe alimento está preparado para acumular la grasa como reserva lo que genera que el cuerpo queme menos calorías.
Situación que se agrava cuando no se tiene el hábito de hacer ejercicio al menos 50 minutos a la semana.
Asimismo, es necesario mantener una buena alimentación con poca grasa, sodio y calorías.
Tanto Rodríguez como Fonseca aconsejan incluir en la dieta fruta, vegetales, lácteos y proteína animal o vegetal.
Ten presente que tener un horario regular no significa ser inflexible y permitirse hacer una excepción algún día a la semana.