- El trabajo de los oficiales es digno de admirar
Redacción – Los policías de la Fuerza Pública caminan hasta ocho horas para evitar el ingreso de extranjeros indocumentados a Costa Rica.
El trabajo de los oficiales en medio de la pandemia en digno de admirar, ya que realizan caminatas de hasta ocho horas por terrenos sumamente hostiles.
Por suelo de arcilla, barro, piedra, monte, húmedo, lodoso, junto al calor incesante por ratos y lluvia repentina, que hace más bochornoso el trayecto, no los detiene.
No importa si el lugar es plano o empinado, si es seco o se deben cruzar riachuelos. Tampoco el clima y el riesgo de culebras o otro obstáculo, los oficiales siguen fuertes.
Estos valientes son parte de la Academia Nacional de Policía, reservistas con años de experiencia, que se han unido con la Policía de Fronteras para hacer un gran trabajo.
Los patrullajes que realizan son en la boca del río San Carlos, donde históricamente se ha dado el ingreso de cientos nicaragüenses indocumentados todos los años.
También, patrullan a orillas del río San Juan, visitan las comunidades llamadas Palo Seco, Cureña y Cureñita. Incluso llegan hasta Sarapiquí por la zona montañosa.
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El objetivo de los oficiales es asegurar la frontera, brindar consejos sanitarios y solicitarle a la ciudadanía que denuncie cualquier irregularidad en la zona.
En los últimos días se han disparado los casos positivos de extranjeros en el país, ya que actualmente hay un total de 415 foráneos infectados.
La mayoría de los mismos viven en cantones fronterizos como Upala, La Cruz, Los Chiles y San Carlos, en este último se concentra la mayoría de los casos en este sector.