Redacción- Gliny Vanessa Jarquín y sus tres hijos de 9, 10 y 15 años son vecinos de Tibás. Esta familia vivía en condiciones de extrema pobreza en un cuarto de alquiler y con goteras, 2 colchones para dormir, una refrigeradora como armario y una cocina.

A pesar de estas condiciones, doña Gliny se esfuerza por llevar sustento a sus hijos trabajando diariamente, con su bicicleta, como repartidora de una plataforma digital. La pandemia ha complicado más la situación de estudio de los niños, ya que no cuentan con un celular o tablet para recibir las clases.

“Estoy muy preocupada porque mis hijos están perdiendo las lecciones, solo tienen de apoyo el material didáctico que brinda el colegio. Realmente esta situación me frustra mucho”, comentó doña Gliny.


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Otra carencia de esta familia es la falta de una mesa donde puedan estudiar o comer. El joven de 15 años desea un futuro que le permita romper con un ciclo de pobreza familiar mediante mejores condiciones salariales.

Doña Gliny por su parte, insiste con los más pequeños de la casa en la importancia de esforzarse y luchar diariamente por mejorar.

Motivado por la perseverancia de esta madre y sus hijos, un periodista dio a conocer el caso de esta familia tibaseña en su perfil de redes sociales. Ante esto, Monge no dudó en ayudarles por medio del programa de Buenas Acciones.

“La solidaridad es uno de los valores que nos caracteriza en Monge. Por medio de nuestro
programa de Buenas Acciones, les brindamos una tablet a cada niño para que pudieran continuar con sus estudios.

Además, les entregamos dos camarotes con colchones, un microondas, una refrigeradora y un comedor para que los pequeños puedan recibir las clases y hacer las tareas. Sin duda, con esta donación buscamos mejorar la calidad de vida de esta familia y mantener a estos niños en el sistema educativo”, explicó Carlos Fernández, gerente de Comunicación de Monge.

Desde ahora, un juego de comedor y una cama para cada miembro de la familia hacen la diferencia. “Estamos muy contentos con el apoyo de la empresa, tenemos una motivación, esto es para que ellos crezcan, se esfuercen y sean mejores personas. Yo les pido a mis hijos que cuando sean grandes y trabajen ayuden otras personas.

Jamás me imaginé que de la noche a la mañana íbamos a tener tanto. Esto cambiará nuestra vida, ahora nos vamos a sentir con más dignidad y mis niños van a poder ver que sí se puede salir adelante y que hay personas buenas y empresas con un gran corazón”, finalizó doña Gliny.