Redacción– Ballenas jorobadas del tamaño de un furgón llegan al Parque Marino Ballena.
Esta área de conservación en el Pacífico Sur, a pocos kilómetros de Playa Uvita y con la presencia de un tómbolo en forma de cola de ballena, es un santuario para la reproducción de esta especie de cetáceos que en su etapa adulta puede llegar a medir más de 15 metros y se reproduce en aguas cálidas.
El peso de estos incansables nadadores es de más 40 toneladas lo que a manera de comparación podrían ser el peso de 4 elefantes adultos.
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Según el especialista en cetáceos, Frank Garita actualmente se espera el arribo de dos poblaciones, una de la las aguas de la Antártida en el sur del continentes y otras provienen de Norteamérica (California y Oregón) y nadan en promedio más de 8500 kilómetros para llegar nuestra costa. Cada población emite su propio canto y esto les permite diferenciarse.
El experto en ballenas agregó que una de las misiones de las madres es enseñar a sus pequeños ballenatos comportamientos de socialización, respiración y otros movimientos.
“Los saltos que muchas veces vemos lo realiza una ballena sumamente acrobática y puede indicar que están liberando energía o estrés, eliminar parásitos o simplemente porque opta por jugar con sus crías” destacó Garita.
Finalmente Garita destacó la notable inteligencia de estos inmensos mamíferos marinos poseen su propio idioma por medio de sus sonidos, una estructura social determinada como los delfines y son altruistas, porque se tienen registros de ayuda a otras especies que se encuentran en peligro.
“Para identificarlas se utiliza el borde acerrado y la pigmentación de la cola, porque es la huella digital de cada ballena. También la población del sur sobresale porque el abdomen y la cola son más blancas que la población del norte” concluyó el biólogo.
Los encargados del Parque Nacional Marino Ballena reportan el estricto cumplimiento de los protocolos con el respeto del distanciamiento social, estaciones de alcohol en gel y lavado de manos para la atención de los turistas nacionales que han visitado esta área de conservación marina en los últimos días.
Además, los botes de observación han respetado los protocolos correspondientes con el uso de careta porte de los encargados de la embarcación. Si se trata de embarcaciones pequeñas de menos de 10 pasajeros se han realizado estrictamente con burbujas familiares y en el caso de otras de mayores se han respetado los distanciamientos entre burbujas de 1,8 metros.
A lo anterior se suma la práctica sostenible de un distanciamiento de observación entre el bote y las ballenas de más de 200 metros de distancia y un acercamiento silencioso con el apoyo de los guías naturalistas especializados.
