- Denisse Barquero vivió una experiencia que parece no distar de la historia de Allison y otras mujeres
Redacción- Denisse Barquero es una joven de 24 años que decidió contar su historia a propósito del caso de Allison Bonilla, quien se encuentra desaparecida desde hace seis meses, sin ningún tipo de rastro.
La historia de «Ali», como le dice Barquero, no dista mucho de la suya. Contó cómo en segundos su vida cambió cuando estuvo apunto de ser agredida por un hombre, quien no conocía y aseguraba «seguirla» desde que se bajó del bus.
Casualmente, Barquero es vecina de Cartago al igual que Allison, pero de la zona de Tres Ríos.
Aquí su historia:
Se bajó del bus y mientras caminaba por una especie de túnel, sintió como un hombre colocó un puñal en su abdomen.
«Cállese y camine», recuerda que estas fueron sus palabras, mientras ella obedecía y rogaba a Dios no desampararla.
Al salir del túnel, le entregó todas sus pertenencias, ipod, dinero, celular, pero el sujeto le dijo que no, que «eso no era lo que él quería».
Denisse, quien en aquel entonces tenía cerca de 14 años, empezó a orar, recuerda que comenzó a hablarle al hombre, le dijo que lo pensara, que Dios tenía algo mejor para él, le suplicó que «por favor» no le hiciera nada.
Recuerda que la llevó a un cafetal y la tiró al suelo, mientras ella no paraba de decirle que Dios tenía un plan para él, que la dejara ir.
Cuenta que el hombre la miró y le dijo que no sabía por qué, pero que «no podía hacerle nada», así que la dejó ir.
A como pudo recogió sus pertenencias y salió corriendo….
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En conversación con AM Prensa, Denisse señala que la historia de Allison y la situación que enfrenta el país por este y otros casos en donde se violenta a la mujer, la hizo hacer público este triste relato.
«Mi familia sabe, mis allegados, amigos, para mi es un testimonio de vida que no puedo callar; sin embargo, nunca lo había hecho a nivel de redes sociales», comentó Baquero.
Denisse, quien es periodista y también tiene un blog en el cual busca empoderar a las mujeres, animarlas a hablar, a no callar ante manifestaciones de violencia, creyó necesario contar su historia.
Lamenta que la historia de Allison no haya terminado como la suya, por eso quiere ser su voz y la de muchas otras mujeres que han muerto víctimas de un agresor; quienes hoy no pueden dar su testimonio.
