Redacción- En el mundo, 40 de cada 100 personas que tienen diabetes de tipo 2 (DT2) no lo saben, y se estima que para el 2030 los pacientes diagnosticados en la región de Centroamérica y el Caribe podrían ascender a 5.4 millones.

Esto podría ocurrir porque los síntomas de la DT2 tardan años en manifestarse con lo que aparecen los diagnósticos tardíos y las complicaciones. Padecer diabetes incrementa tres veces el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de falla renal.


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Por lo anterior, es crítico realizar acciones que cambian vidas para prevenir la enfermedad o al menos diagnosticarla tempranamente, de forma que se pueda hacer un abordaje integral y controlar simultáneamente los niveles de glucosa, lípidos, presión arterial y el peso, entre otros.

La diabetes de tipo 2 es una enfermedad metabólica crónica que afecta la forma en la que el cuerpo procesa el azúcar (glucosa) en la sangre. Esto porque no produce o se vuelve resistente a la insulina, hormona que permite que el azúcar penetre en las células y se convierta en fuente de energía.

“Uno de los mayores retos en el tratamiento de esta condición es que se aborda de forma pasiva y hoy sabemos que coexiste con otros padecimientos como enfermedad cardiovascular o falla renal.

Por lo que debemos buscar que el abordaje del paciente sea holístico e integral, lo cual permitirá establecer tratamientos, planes de seguimiento y análisis que controlen no solo la enfermedad primaria, sino también los padecimientos correlacionados” indicó Esteban Coto, Gerente Médico de AstraZeneca para Centroamérica y el Caribe.

Factores de riesgo: Genéticos, sobrepeso, inactividad física, hipertensión, edad, dietas poco saludables, mala nutrición durante el embarazo, intolerancia a la glucosa, sed excesiva y boca seca, necesidad frecuente de orinar, cansancio, sudoración excesiva, lenta cicatrización, infecciones recurrentes en la piel, visión borrosa, hormigueo en manos y
pies.

De no contar con un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, la diabetes de
tipo 2 puede incrementar los riesgos de presentar complicaciones serias como ceguera, daños neurológicos y úlceras en los pies que podrían generar una infección y en caso extremo provocar una amputación.

El sobrepeso que es considerado uno de los detonantes más comunes de la diabetes, sigue creciendo en el mundo debido a estilos de vida poco saludables.

Según los últimos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud, más de 1900 millones de adultos presentan un peso por encima de lo recomendado, de ellos, 247 millones son obesos.