- Sus papás, esposo, hijo y amigas nunca la abandonaron
- Para apoyarla, sus amigas le cortaron el pelo y la maquillaron
Redacción – Karling Rodríguez, de 32 años, es más que una guerrera y un ejemplo de motivación y positivismo. Es una mujer llena de sueños, sonriente y dulce, quien hoy agradece que ya culminó su última sesión de quimioterapia tras vencer un proceso contra el cáncer de mama.
Para celebrarlo, su esposo José Tortós le tenía una sorpresa preparada: su carro decorado, lleno de coloridos globos y listo para que ella escribiera frases como: «¡Lo logré!» y «Dios es fiel».
En la caravana ida y vuelta al Hospital México, el 16 de febrero de 2021, también participó su mejor amiga con su carro lleno de globos, así como sus papás.
La fotografía de su vehículo viajó por las redes sociales e impactó a más de uno que se topó con el carro o la foto, pues hace pensar lo guerreros que son los pacientes que luchan contra el cáncer.
Cuando AMPrensa.com conversó con Rodríguez, fue fácil identificar que es una mujer llena de vida y que, ahora, ve al mundo con otros ojos. Sonriente, con una voz dulce y con muchas ganas de luchar. Su actitud es un reflejo de lo que guarda en su corazón.
Y es que el ambiente en el que se rodea es muy positivo. La joven cuenta que, después de cada sesión, sus mejores amigas le tenían un regalo preparado en su casa, algo significativo que le recordaba lo lindo de la vida.
En el centró médico, tras la última quimio, tocó la «campana de los vencedores». Además, le otorgaron un certificado por lo valiente que ha sido como paciente oncológica.
Su historia: Un día a la vez
La primera sesión fue el de 26 de octubre de 2020, pero siempre llegó muy positiva. Aunque habían nervios, el miedo nunca se apoderó de ella. Más bien, su fe en Dios la sostuvo e impulsó.
«Al inicio fue muy difícil. Empecé con la caída del pelo, yo me bañaba y se me caía un trozo de pelo, tenía que echar los pedazos de pelo en una bolsa plástica, no era una poca cantidad que se podía ir por la ducha. Fue muy doloroso para mí como mujer que guardo una vanidad. Ahí es cuando aprendí que la esencia de una persona no está en su apariencia física, está en su corazón», comentó Rodríguez a AMPrensa.com.
Cuando ya se dio cuenta que era hora de cortarse el cabello de forma total, sus amigas más cercanas organizaron un café donde le dieron un total cambio de look, con un corte espectacular y un maquillaje profesional que la hizo sentir como toda una guerrera.
Afortunadamente el cáncer no hizo metástasis en su organismo y respondió muy bien a la quimioterapia incluso desde la cuarta sesión, cuando ya no sentía la «pelotita» que ella se encontró en su seno izquierdo.
«Yo pasaba en cama toda la semana. No podía comer porque el cuerpo como que no aceptaba comida, me tenía que bañar sentada, es muy difícil. Me pasó cuando no me lo esperaba, yo iba a en una pista a 100 kilómetros por hora, trabajando y estudiando una maestría», comentó Rodríguez a AMPrensa.com.
Ser mamá por segunda vez: su impulso
Rodríguez se realizó exámenes de genética para conocer las posibilidades que hay de que el cáncer crezca. Si salía positivo, tenían que realizarle una mastectomía -extirpar su seno- y extraer su útero y ovarios, lo que significaba no poder tener más hijos. Si salía negativo, la cirugía era pequeña y localizada.
«Oramos muchísimo y yo le pedí a Dios que ese examen saliera negativo. Mientras esperábamos el resultado, yo fui al supermercado con mi hijo y compré una chupeta. Yo le dije a mi hijo ‘mi amor, esta chupeta va a ser para dentro de unos años, cuando mamá tenga una bebé’. Y digo bebé porque me encantaría que fuera chiquita. Yo tengo esa chupeta en mi mesita de noche. No sé si voy a tener chiquita o chiquito, pero fue como un acto de fe de que Dios podía sanarme. El resultado salió negativo», contó con mucho positivismo.
El proceso: Ahora sabe nadar y es emprendedora
Vídeo publicado en octubre al inicio de su quimioterapia.
Su hijo de cuatro años y su esposo han sido su apoyo incondicional, así como sus papás, quienes han sido una compañía fundamental en el proceso.
Su mamá iba a su casa a cocinarle y siempre se mostró muy fuerte ante cualquier noticia. Su papá sí derramó lágrimas por su hija, pero siempre tomados de la mano y con mucha fe de que todo iba a salir conforme a la voluntad de Dios.
«No es porque sea mi esposo, pero nunca he conocido a una persona tan alegre y positiva como él. Es una persona increíble, enfrenta la vida de una manera muy positiva y ese fue el sostén mío durante este tiempo», comentó Rodríguez.
Además, por su incapacidad, decidió emprender para mantenerse ocupada desde casa, por lo que inició su proyecto Joy Market, donde ofrece productos como porta mascarillas y otros productos para niños y padres de familia.
Y es que eso no es todo, porque también aprendió a nadar. Sus ganas de vivir aumentaron con este reto y decidió aventurarse en el mundo de la natación.
Otro pilar que ella resalta durante su batalla fue el apoyo de la empresa para la que labora, Davivienda, la cual le brindó todo el apoyo necesario, permisos y hasta un video motivacional por parte de sus compañeros y el presidente de la empresa para desearle una pronta recuperación.
Su estado de salud va mejorando gradualmente y la cirugía quedaría programada para alrededor del 16 de marzo, para posteriormente continuar con las radioterapias.