Redacción. Costa Rica marcó en el 2020 un histórico récord en cuanto a decomisos de drogas a diferentes cárteles, pero ¿qué sucedió con las casi 72 toneladas incautadas por la policía?

Anteriormente, toda la droga decomisada era incinerada en los hornos de una cementera ubicada en Cartago; sin embargo, seis empleados comenzaron a robar paquetes de cocaína antes de ser destruida para su posterior venta y ello obligó a modificar el método.

Ante ello, el Gobierno comenzó a buscar opciones rentables y seguras para deshacerse en defiitiva de toda la droga arrebatada a los narcos. Fue allí donde se consiguó a una empresa radicada en Miami, Estados Unidos.

Fue por ese motivo que las autoridades diseñaron todo un operativo para trasladar toda la droga hasta el aeropuerto Daniel Oduber, en Liberia, para posteriormente embarcarla hasta norteamérica en aviones de ese país.

Allá, toda la droga (caocaína, marihuana y otras) fueron sometidas a un proceso de gasificación, el cual se considera un proceso limpio para la generación de energía que no genera problemas ambientales ni residuos.

A una temperatura de 14 mil grados célcius, toda la droga fue introducida en hornos para su destrucción.

¿Cuánto cuesta? A diferencia del precio de, por ejemplo, un kilo de cocaína en las calles de Estados Unidos -que supera los $100 mil (más de ¢60 millones)- destruir mil kilos de esa droga solo cuesta $286 (¢172.000).

Una vez que la droga llega a Miami, es trasladada bajo estrictas medidas de seguridad con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos.

Toda esta droga forma parte de los múltiples golpes que las autoridades costarricenses le  han propinado a diferentes agrupaciones criminales que utilizan nuestro país como punto de tránsito y bodega.

Los principales golpes han sido a bandas mexicanas que, desde hace varios años, encontraron en Costa Rica tierra fértil para sus ilegales operaciones.

La gran mayoría de esas 72 toneladas serían enviadas a Estados Unidos vía aérea y marítima. Otra cantidad se queda en Costa Rica para alimentar el tráfico local de drogas.