• Hombre fue sentenciado a 66 años de cárcel, pero deberá cumplir 50 por ley
  • Un menor de edad fue cómplice en el crimen y su caso se llevó en otra causa

Redacción- Un hombre recibió este lunes la máxima condena de cárcel que se permite en Costa Rica.

A Gary Steven Badilla Herra el Tribunal Penal de Desamparados lo condenó por dos delitos de homicidio calificado, uno de homicidio simple, una tentativa de homicidio y un delito de robo agravado.

El total de la pena impuesta a Badilla ascendió a 73 años de prisión, no obstante, debido a las reglas del concurso material, la condena se readecuó a 66 años.

Tras dicha readecuación de la pena, el monto de años de prisión disminuyó a 50 años de cárcel, pues es la pena máxima permitida en el país.


Reglas del concurso material

Cuando una persona comete más de un delito, en diferentes momentos, se da lo que se conoce como un concurso material.

Se sanciona sumando las penas que corresponde a cada delito, sin que esta suma pueda superar el triple de la pena mayor.

En ningún caso la pena podrá superar los 50 años en caso de adultos y en el caso de las personas menores de edad imputadas, 10 años o 15 años (según el grupo etáreo).

(Manual de términos prácticos para comprender el proceso penal de Costa Rica).


Los hechos En el debate, la Fiscalía demostró que los hechos ocurrieron en Loma Linda de Desamparados, el 2 de agosto del 2015 en horas de la noche, a eso de las 11:00 p.m.

En la investigación de lo hechos se determinó que Badilla ideó un plan para asesinar a Luis Ramos Badilla.

Según la prueba aportada en el juicio, se confirmó que Badilla llegó a un búnker en Desamparados para buscar a Ramos.

Hasta el sitio, el homicida acudió con un cómplice, un menor de edad contra quien se siguó una causa aparte.

De acuerdo con los hechos, en el búnker se encontraban César Beita Muñoz, Carlos Alberto González Santamaría y otro ofendido.

A ellos tres, Badilla, por medio de amenazas, le pidió a Beita que lo llevara hasta la casa donde estaba Ramos y le quitó el celular a todos.

Una vez en la casa de Ramos, Badilla le disparó y lo hirió, dejándolo muerto en el sitio.

Tras eso, el asesino regresó al búnker y asesinó a Beita y a González para no dejar testigos del crimen.

el cuarto ofendido logró sobrevivir, pues se escondió debajo de una cama y Badilla no lo vio para asesinarlo.

Mientras la sentencia queda en firme, el imputado permanecerá en prisión preventiva.