• Este ejemplar padre y abuelo demuestra que la edad no es un límite para cumplir un sueño

Rivas de Pérez Zeledón. Cuando apenas cursaba tercer grado de escuela y era un niño que jugaba por lo potreros de La Piedra de Rivas de Pérez Zeledón, José Ureña Portugués tuvo que dejar los estudios para comenzar a trabajar.

Eran otros tiempos y las obligaciones familiares lo llevaron a cambiar los cuadernos por las herramientas que todo jornalero necesita para trabajar la tierra. Sin embargo, en su mente siempre quedó aquel anhelo por terminar la escuela.

Y hoy, a sus 75 años, don José -todo un padre y abuelo- cumple aquel sueño. Hace dos años tomó la decisión de regresar a la escuela sin importar su edad. Lo único que deseaba era graduarse de sexto grado.

Juan Carlos Muñoz, director de Escuela La Piedra, le da un reconocimiento a don José.

«Quise sacar el sexto grado. Yo creo que lo que uno quiere hacer lo puede lograr. Es querer nada más», dice don José con toda seguridad una vez que recibió su título frente a la mirada de 18 niños que se graduaban junto a él en la Escuela La Piedra.

Para Juan Carlos Muñoz, director del centro educativo, don José es un ejemplo para toda la comunidad y el país.

«No es fácil salir de lo cotidiano y con tantos años de no estudiar. En este momento yo me siento muy feliz de verlo salir adelante con ese título. Esto nos deja con lección que todos podemos cuando nos lo proponemos», enfatizó Muñoz.

Este agricultor de ha pasado parte de su vida entre cafetales, tuvo el inconveniente de la pandemia, pero aún así nunca renunció.

«El primer año saqué sociales, español y ciencias. Luego matemáticas y otras. Fue una experiencia muy bonita. Una hija fue la que me dijo que fuera y lo intentara y le puse ganas y gané. Matemáticas fue la que me costó un poquito, pero ahí bajillo, bajillo la saqué», dice don José con una sonrisa en su cara.

A los jóvenes de hoy les dice que aprovechen la oportunidad que tienen de estudiar y que se esfuercen al máximo para salir adelante.

Durante la graduación lo acompañaron su esposa Martina Salazar y su nieta Cristel Ureña, quien muchas veces lo ayudó con los estudios.

¡Felicidades don José! Nuestra admiración.

Momento de la juramentación de don José, junto a los niños de sexto grado.