El Hidrógeno se posiciona cada día más tanto para generación de energía eléctrica como reemplazo de los combustibles fósiles en la movilidad.
Redacción: El Hidrógeno verde cada día se posiciona más a nivel mundial tomando así un lugar más relevante en la discusión energética global, principalmente pensando en rol a futuro, tanto para la generación de energía eléctrica como reemplazo de los combustibles fósiles en la movilidad.
Sin embargo una de las cuestiones que resulta fundamental en el desarrollo de dicho vector energético es la certificación, para la cual la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) ya ha identificado dos modelos principales.
Modelos principales
El primero de ellos es un sistema de “book and claim”, en el que la reclamación sobre el consumo de energía renovable reservada por un proveedor de energía está separada del flujo físico.
Por otro lado el segundo se trata de un “equilibrio de masas” en el que siempre debe probarse un vínculo físico entre la producción y el consumo de energía verde.
Pero, ante la situación una de las grandes preguntas que surgen es qué países de la región se posicionan con mejores perspectivas, teniendo en cuenta que se espera que el costo nivelado del H2 (LCOH) disminuya en el futuro.
Desde el sector vaticinan que Chile y Brasil se ubican con las mejores condiciones y desarrollos a futuro, pero aseguran que otros países tienen oportunidad y que la mirada debe estar puesta a mediano y largo plazo.
Por su parte, Luiz Barroso, CEO de PSR y ex presidente de la Empresa de Pesquisa Energética (EPE) de Brasil, conversó con la revista Energía Estratégica y reconoció que “los países mejor ubicados son Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Costa Rica”.
Sin embargo también destacó a Chile como aquel país más adelantado en el proceso de certificación, porque sostuvo que “ya tiene un esquema a través de un proyecto piloto”.
“Mientras que en Brasil, la certificación está como prioridad para la Cámara de Comercialización de Energía Eléctrica, que es el operador del mercado. Todos los años lanza 5 o 6 temas en agenda, y por primera vez, este año se puso a la certificación, es decir que trabaja para ello, pero aún no hay adelantos”, agregó.
Asimismo amplió que otros países de Latinoamérica, como por ejemplo México o Argentina, poseen también potencial renovable a coste competitivo como mucho gas natural. A lo que, dependiendo el contenido de carbono aceptado en la producción del H2, esos últimos dos países podrían ser “fuentes importantes” o una mezcla de renovables con gas.
“La agenda del hidrógeno no es a corto plazo, por lo que definiría esta década donde los marcos regulatorios, la infraestructura sean preparadas para que el hidrógeno se produzca con más escala a partir del final de la próxima década”. Continuó.
El experto aseguró que dentro del proceso de certificación se debe esclarecer la diferencia entre la certificación vinculada a un contrato de compra de energía proveniente de fuente de producción de energía limpia, de aquella en la que se garantiza que la electricidad que suministra el electrolizador sea verde 24×7.
“La certificación es el gran tema en la producción del H2V, aunque también el más complicado, ya que significa medir que la energía es limpia. Pero no hay ningún país que tenga un esquema que sea capaz de hacerlo con gradualidad horaria sobre el grado de carbono al que está sujeto un consumidor de hidrógeno. Aunque Chile es el que está más adelantado en el tema en Sudamérica”, concluyó Barroso.