No es la primera vez que el papa se refiere a este tema. Desde que asumió como máximo líder de la Iglesia católica ha hecho varias declaraciones al respecto.
Redacción: El papa Francisco volvió a hablar sobre la homosexualidad, esta vez, si bien dejó en claro que «no es un delito», reafirmó que se trata de un «pecado» en la concepción religiosa.
«Ser homosexual no es un delito. No es un delito», dijo Francisco durante una entrevista con AP publicada este miércoles. Más tarde, insistió: «Ser homosexual no es un delito. Es una condición humana».
Asimismo, afirmó, que la homosexualidad sí es un pecado, pero pidió distinguir «entre pecado y delito». Además resaltó que «También es pecado la falta de caridad con el prójimo», indicó.
Las declaraciones del argentino respondían a una pregunta sobre la posición de la Iglesia católica ante los países que, aún hoy, tienen leyes que criminalizan a los homosexuales.
«Somos todos hijos de Dios», respondió el papa en primer lugar. «Y Dios nos quiere como estamos y con la fuerza que luchamos cada uno por nuestra dignidad».
No es la primera vez que el papa se refiere a este tema. Desde que asumió como máximo líder de la Iglesia católica en marzo del 2013, ha hecho varias declaraciones al respecto que, aunque dan cuenta de cierta apertura, a veces han resultado ambivalentes.
Ese mismo año, sin embargo, con la publicación de un nuevo libro de una entrevista con el pontífice argentino, otra declaración acaparó los titulares de prensa: “Parece que la homosexualidad está de moda”.
«La cuestión de la homosexualidad es una cuestión muy seria que hay que discernir adecuadamente desde el comienzo con los candidatos, si es el caso», dice el papa, según el libro. «Hemos de ser exigentes. En nuestras sociedades parece incluso que la homosexualidad está de moda y esa mentalidad, de alguna manera, también influye en la vida de la Iglesia».
Lo dijo en una entrevista con el padre Fernando Prado, director de la editorial Publicaciones Claretianas, que está consignada en el libro La fuerza de la vocación.
Durante la misma conversación, Francisco se refiere al sacerdocio y dice: «En la vida consagrada y en la vida sacerdotal, ese tipo de afectos no tienen cabida. Por eso, la Iglesia recomienda que las personas con esa tendencia arraigada no sean aceptadas al ministerio ni a la vida consagrada. El ministerio o la vida consagrada no es su lugar”.
Además, aunque para Francisco ser homosexual y la enseñanza de la Iglesia católica no son excluyentes, la enseñanza oficial de la Iglesia católica sobre la homosexualidad dice que «la inclinación homosexual es objetivamente un desorden» y las parejas del mismo sexo no pueden casarse en la Iglesia católica.