- Mientras al este de la montaña los residentes barrían las calles y usaban cubrebocas, al oeste, veían sin inmutarse cómo salían gases y cenizas del cráter
Redacción- La preocupación sobre el estado del volcán Popocatépetl cambia según la dirección en la que sople el viento, que es el que mueve sus cenizas.
Mientras al este de la montaña los residentes barrían las calles y usaban cubrebocas, al oeste, veían sin inmutarse cómo salían gases y cenizas del cráter.
La montaña, cuya cumbre se ubica a 5.425 metros (17.797 pies) sobre el nivel del mar, se sitúa a unos 70 kilómetros (45 millas) al sureste de la Ciudad de México y es conocida cariñosamente como “El Popo”. Ha tenido emanaciones durante varios días, bañando pueblos y cultivos del estado de Puebla con una fina capa de cenizas.
“Cuando no hace nada sí nos preocupamos”, dijo Viridiana Alba, quien ha vendido flores en la plaza central de Amecameca durante 25 años. El volcán se eleva justo enfrente de su puesto. “Sabemos que ahorita que está sacando humo, eso está liberando la energía de lo que guarda”, comentó.
Aún hay cenizas sobre el toldo que protege a sus flores. Cayeron durante el fin de semana pasado, cuando tuvo el viento en contra y esta ciudad de unos 50.000 habitantes sintió los temblores que provoca el volcán.