• Asegura que habla sobre esos temas con la fe de que las cosas pueden cambiar

Redacción- Este martes, en la tradicional ceremonia de vestición de la Virgen de Los Ángeles, el Obispo de Puntarenas, Monseñor Oscar Fernández Guillén, señaló las problemáticas que vive la provincia en la actualidad.

Fernández aseguró que, en su discurso habla sobre esos temas para hacer un llamado de atención sobre la realidad nacional.

«Reiteradamente hemos llamado la atención sobre que en nuestra realidad hay problemas de carácter estructural que no han sido combatidos con la entereza y sapiencia que corresponde», dijo.

Como los problemas más destacados que afectan a la provincia, el obispo mencionó el narcotráfico, la informalidad pesquera y el desempleo.

Según dijo Fernández, el Puntarenas, el 80% de pescadores son informales, lo que les les niega el acceso a los servicios del Estado.

«La desproporción entre quienes realizan formalmente la actividad pesquera y los que lo hacen desde la informalidad es escandalosa: solo un 20 % de nuestros pescadores poseen licencia que les autoriza a realizar su actividad según lo estipula el marco jurídico de nuestro país; por lo tanto, de 100 pescadores, 80 son informales. Esta condición les niega el acceso a los servicios que nuestro estado social de derecho debe garantizar a los ciudadanos para vivir dignamente; pero, además, les provoca niveles muy altos de inseguridad por el estado de indefensión en que se encuentran cuando se ven sometidos, en el desarrollo de sus faenas pesqueras a los controles de las autoridades, como Guardacostas o el mismo Incopesca, que los ha llevado en no pocos casos a perder sus equipos y tener que enfrentar procesos judiciales», aseguró.

En cuanto al desempleo, Monseñor aseguró que las cifras cada vez son peores y que gran parte de la población costera carece de trabajo, lo que la lleva a recurrir a otros medios para obtener el sustento de su familia.

«La ausencia de alternativas laborales. Para muchos, no hay trabajo. En la región Pacífico Central, según los datos del INEC ha disminuido la tasa de ocupación, a la vez que es la región con mayor tasa de población con subempleo. Estamos olvidados por las políticas públicas de nuestro país para producir empleo. Un padre de familia debe alimentar a sus hijos y necesita para ello ganarse la vida dignamente, de lo contrario puede verse obligado a recurrir a otros medios para obtener el sustento de su familia. Junto con nuestras comunidades indígenas y fronterizas, somos parte de otra Costa Rica, botín de votos para los partidos en las elecciones presidenciales, pero cuando llegan al poder el desamparo y el abandono es el premio que se nos otorga», dijo.

Finalmente, en cuanto al narcotráfico, afirmó que la provincia cada vez está siendo tomada más y más por esta problemática, así como por el sicariato que suma a los jóvenes a sus filas.

«Nuestras comunidades están siendo presas del crimen organizado, que día a día extiende más sus tentáculos en actividades como el narcotráfico y los microcréditos, desencadenando una actividad impensable en nuestro país, como es el sicariato en el que se están involucrando un número importante de nuestros jóvenes. La inseguridad nos está llevando a hacer de nuestras casas refugios, en los que desde temprano del día nos encerramos para no estar expuestos a acciones violentas», afirmó.

Según dijo el obispo, no hace esos comentarios de forma negativa, sino que lo hace buscando mirarlo desde la fe y ante la Virgen para que esa situación se pueda cambiar.