Foto: Presidencia

 

  • Construcción de la obra rondaría los $100 millones.
Redacción: Este miércoles en conferencia de prensa el ministro Justicia y Paz, Gerald Campos y el mandatario Rodrigo Chaves aseguraron que Costa Rica sí esta en proceso de construcción de una nueva cárcel.
«Ocupamos cárceles más inteligentes porque una cosa es detener a gente por pensión alimenticia,  a tener a expertos sicarios, curtidos y expertos en manejos de armas y hasta artes marciales que no son delincuentes comunes, más espacio carcelario y cárceles más inteligentes». Recalcó el mandatario.
Por otro lado el ministro enfatizó en que el terreno está disponible y el Gobierno esta trabajando en el tema para que sea un proyecto a desarrollar próximamente.
“La idea que tengo es presentar la creación de un centro penitenciario para establecer ya un modelo de centro penitenciario que se ajuste a nuestras necesidades“. Recalcó el ministro.
Asimismo manifestó que el necesita centros que tengan la posibilidad de que el privado de libertad pueda ser atendido dentro del centro, que pueda recibir educación dentro del centro y tener diversas coordinaciones, situación que ahorita se complica mucho” dijo Campos.
Gobierno busca recursos
El Ministerio de Justicia confirmó que busca actualmente recursos para construir una nueva cárcel, cuya inversión sería entre $75 y $100 millones.
Esto luego de que el diputado del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Leslye Bojorges, en su control político del lunes, planteó que Costa Rica debe construir una megacárcel similar a la de El Salvador, para enfrentar la ola de violencia.
La mega cárcel de El Salvador fue inaugurada el año pasado, en Tecoluca, y tiene una capacidad de 40.000 personas.
Mega Cárcel en El Salvador
La cárcel es llamada «Centro de Confinamiento del Terrorismo» y podrá albergar a más de 40 mil personas.
El terreno será custodiado por más de 600 efectivos de las Fuerzas Armadas y 250 de la Policía Nacional Civil, según datos del gobierno.
Un muro de más de 2 km con 11 metros de altura y coronado por alambradas electrificadas rodea las instalaciones, haciendo que apenas pueda llegar a verse parte del tejado de los pabellones y alguna de las torres de vigilancia.
Las poblaciones cercanas temen perder sus hogares si en el futuro fuera necesario su desalojo de la zona para ampliar el penal.