Foto: Cancillería

 

Redacción: El aumento de la presencia del narcotráfico en Costa Rica ha hecho sonar las alarmas en el país y obligar a jerarcas a tomar desiciones de peso.
«Sabemos que afecta a la imagen de nuestros productos de exportación al mercado europeo”, aseguró el vicecanciller Alejandro Solano Ortiz, al medio internacional DW. «Nuestro propósito es reforzar la seguridad entre nuestros puertos -como Puerto Limón- y el  puerto de Amberes”, puntualiza el político costarricense.
 «Necesitamos herramientas tecnológicas y articulaciones operativas para asegurar que nuestros productos lleguen sin contaminación. Sabemos del impacto que tiene esto en la credibilidad del país”, afirma Solano.
Por último, a punto de presentar una nueva «marca país”, presentando a Costa Rica como país libre de deforestación, el vicecanciller Solano Ortiz recuerda el compromiso de su país con la sostenibilidad. En esa medida, las nuevas directivas europeas para no permitir la entrada al mercado europeo de productos causantes de deforestación -que ha levantado protestas en algunos países, también latinoamericanos-, para Costa Rica no serían un problema.
En el año en que se cumplen 40 años de relaciones bilaterales «constantes y fecundas” entre la Unión Europea y Costa Rica, a Bruselas llegó esta semana el vicecanciller costarricense de Asunto Multilaterales, Alejandro Solano Ortiz, y un equipo negociador. Se trata de poner el foco en temas acuciantes para el país centroamericano: a la cabeza están la necesidad de cooperación internacional para seguridad en los puertos como medida de contención del crimen organizado internacional.
El vicecanciller destacó que otro tema de suma importancia es la migración en el país centroamericano.
«Sabemos que es un desafío a escala mundial, que Europa también tiene que enfrentarse a él en Lampedusa, las islas griegas, y por la crisis por la guerra en Ucrania”, afirma Solano.
De acuerdo con el medio DW, aunque Costa Rica lleva varias décadas acogiendo población nicaragüense, en los  últimos cinco años la emigración ha recrudecido. «El 6% de la población estudiantil costarricense proviene de Nicaragua. Los hemos incorporado al sistema, tanto en el programa de becas como en el de sanidad. El desafío es inmenso”, subraya Alejandro Solano.