Redacción. El ex diputado Humberto Vargas atendió consultas de este medio en relación a los cuestionamientos que envuelven al Parque Empresarial del Pacífico y la SAFI BCR y, de paso, rechazó haber cobrado sobreprecios millonarios.
Según Vargas, la Safi BCR y sus inversionistas le compraron seis inmuebles: cinco en el Gran Área Metropolitana (GAM) y uno en Puntarenas. Sin embargo, lo que los inversionistas no revelan es que la empresa no solo vendió sino que también adquirió seis propiedades que, al momento de la compra, estaban en mal estado.
“La Safi BCR pagó por el PEP $32 millones y el resto del precio de venta lo pagaron con activos en las condiciones indicadas. La empresa AGURAM pagó por rentas garantizadas en el PEP a la Safi casi 10 mil millones de colones y aún así todavía intentarán cobrar por la vía judicial otros 4 mil millones más. Son más de 14 mil millones de colones en rentas del PEP”, explicó Vargas.
Además, agregó que “el dinero recibido y los activos se los adjudicaron prestamistas privados que ayudaron a financiar la construcción del proyecto. Todos y cada uno de ellos estuvieron presentes en las oficinas de la Safi en cada una de las ventas para cobrar los gravámenes que pesaban sobre el proyecto”.
Vargas detalló las condiciones en que se encontraban los inmuebles adquiridos:
- Las propiedades estaban viejas, sin mantenimiento y en muy mal estado de conservación.
- No cumplían con la normativa eléctrica y sanitaria vigente, ni con otros requisitos básicos.
- No cumplían con la normativa de bomberos.
- Los permisos de funcionamiento presentaban irregularidades.
- Lo construido no coincidía con los permisos de construcción tramitados.
- No se ajustaban a la normativa constructiva vigente.
- Fueron construidos de manera irregular, sin inspección profesional y municipal.
- Tenían inquilinos problemáticos, algunos con meses de alquiler atrasado o que abandonaron las instalaciones inesperadamente.
- Fueron vendidos con un sobreprecio en relación con su valor en libros
- Los metros cuadrados vendidos no coincidían con lo realmente construido, causando un daño económico considerable a la empresa.
- Durante la pandemia, muchos inmuebles quedaron desocupados, generando más perjuicios económicos.
- Tras la pandemia, los valores de estos inmuebles y los alquileres han disminuido significativamente.
Además, Vargas señala que la Safi BCR no quiso garantizar las rentas de los inmuebles que le vendieron, pero sí le exigieron garantizar las rentas de los seis inmuebles que él vendió.
Vargas detalla que vendió los siguientes inmuebles a la Safi BCR:
- Edificio Madrid, su oficina en Pozos, Santa Ana.
- Edificio Guadalupe, Universidad
- Heredia 2000, centro comercial en Heredia centro.
- Bodegas
- Incesa Standar en La Uruca.
- Parque empresarial del Pacífico.
Y adquirió:
- Recompra de su oficina en Edificio Madrid, Pozos de Santa Ana.
- Recompra de la Escuela de Danza en Pozos de Santa Ana.
- Una bodega en Zona Franca, BES.
- Una bodega en Santo Domingo.
- Bodega en San Francisco Dos Ríos.
- Plaza Comercial de San Francisco de Heredia.
En torno a informaciones que circulan sobre el pago de un sobreprecio por $92 millones, Vargas dijo que es totalmente falso.
“Los periodistas no entienden que jamás un sobreprecio es la diferencia entre el monto que aparece en el estudio registral y el precio final de venta. Ya que para vender primero se desarrolla un proyecto sobre el inmueble que aparece identificado en el registro público”, dijo.