Redacción – El pasado martes, el estadio Ricardo Saprissa Aymá fue testigo de un histórico momento para el fútbol costarricense: el primer tifo en movimiento de la historia del país, que sorprendió a todos antes del inicio del partido contra San Carlos. El espectacular tifo fue un homenaje a uno de los grandes ídolos del Saprissismo: Marco Antonio Rojas, quien dejó una huella imborrable en el club y en la historia del fútbol nacional.
La camiseta de Rojas, conocida por su seguridad bajo los tres tubos, su elegancia, su entrega y su histórica trayectoria, fue colocada en lo más alto de La Cueva, asegurando que su legado perdure por siempre en el corazón de los morados. Su nombre, inmortalizado en letras doradas, sigue siendo sinónimo de éxito y sacrificio, mucho después de su retiro.
Marco Antonio Rojas llegó a Saprissa en 1966, donde se formó en las divisiones menores y adoptó el ADN de un verdadero Monstruo. Debutó con el primer equipo en 1972 contra Cartaginés, destacando a pesar de la derrota, al detener una pena máxima en su primer partido profesional. Durante su carrera, fue pieza clave en el Hexacampeonato del club y logró numerosos títulos nacionales e internacionales, incluidos los campeonatos nacionales de 1972 a 1977, así como la Fraternidad Centroamericana en 1972, 1973 y 1978.
Hoy, su legado sigue vivo en la memoria de todos los saprissistas, y el homenaje que se le brindó con este tifo en movimiento es un justo reconocimiento a una de las grandes leyendas del fútbol tico. ¡Homenaje a un gigante!