Redacción- Una de las formas más comunes para tratar cualquier enfermedad o padecimiento es consumir medicamentos.
Sin embrago, el mal almacenamiento, la automedicación, la combinación de fármacos y las malas prácticas para desecharlos también pueden generar efectos indeseados en la salud y el medio ambiente.
Los residuos de fármacos y antibióticos que los costarricenses consumimos y desechamos a diario son parte de los denominados contaminantes emergentes que terminan depositados en el medio ambiente y pueden provocar efectos tóxicos crónicos en los ecosistemas y en la salud humana.
Para evitar estos problemas los expertos del Centro Nacional de Información de Medicamentos (Cimed) recomiendan hacer un consumo consciente que implica informarse antes de adquirirlos, almacenarlos, usarlos y desecharlos correctamente.
Al mismo tiempo, los investigadores del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA) de la Universidad de Costa Rica estudian los posibles efectos de los residuos de medicamentos en los cuerpos de agua y plantean soluciones para tratar estos contaminantes.
Cuando el paciente no sigue las instrucciones y no termina el tratamiento prescrito, puede que sobren pastillas o jarabe, cosa que puede afectar su salud y luego impactar negativamente al ambiente si los desecha en la basura.
Cuando necesite desechar un medicamento, lo más importante es no botarlo en la basura convencional. Una alternativa inmediata es llevarlo a la farmacia o ebáis más cercano, en donde será recibido por la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) para su correcto procesamiento.
Otra opción para desecharlos es llevarlos a una campaña de recolección de medicamentos.
También, es importante apartar o rotular los medicamentos que se van a desechar y no tenerlos cerca de los que se utilizan para consumo ordinario.
Además, es imperante mantenerlos lo más lejos posible de los niños y mascotas de la casa, por peligro de intoxicación o complicaciones de salud que pueda traer su ingesta.
Didier Ramírez, investigador del (CICA) de la UCR, se encarga del monitoreo ambiental del proyecto «Contaminantes Emergentes: monitoreo y diseño de estrategias para la mitigación de su impacto ambiental».
La iniciativa que busca «ver qué contaminantes se encuentran en los mantos acuíferos del país y en qué concentraciones, para que luego las autoridades estatales puedan hacer algún tipo de regulación o ver qué sustancias son más frecuentes o más tóxicas», según describió Ramírez.
El mayor peligro de la contaminación por medicamentos radica en los antibióticos, ya que cuando estos se liberan en el ambiente pueden producir resistencia en las bacterias.
De esta forma se generan enfermedades cada vez más difíciles de tratar ya que las bacterias cada vez se hacen más fuertes y no van a poder ser eliminadas con antibióticos.
Fuente UCR