Redacción- Gran cantidad de profesionales alrededor del mundo se vieron obligados a un fuerte cambio en su rutina, esto a raíz de la emergencia mundial por COVID-19.
Miles de personas asumieron jornadas de trabajo remoto como parte de su día a día, lo cual podría tener implicaciones directas sobre su salud al no tomar las previsiones del caso.
Espacios esenciales como el ir al baño, son de suma importancia para evitar problemas en el aparato urinario u otros órganos.
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“Periodos muy prolongados de sedentarismo llevan a que el organismo no gaste energía, lo cual genera una hinchazón a nivel general y que la sangre no fluye correctamente.
Como consecuencia, ciertos órganos como los riñones comienzan a deteriorse y envían señales negativas por medio de diferentes síntomas”, mencionó la Dra. Nancy Salazar, Coordinadora Médica de Essity.
El estar sentados durante bastante tiempo puede llegar a generar una serie de problemas de salud tales como la obesidad, la cual puede producir un síndrome metabólico. Estas pausas activas, dentro de un horario laboral, deberían tornarse en un hábito diario de cualquier profesional.
Entre las principales recomendaciones de TENA destacan: Tomarse el tiempo adecuado para atender necesidades fisiológicas: dentro de las horas laborales es primordial no dejar de lado el tiempo para ir al baño, de esta forma se evitan malestares y padecimientos que podrían presentarse a corto o mediano plazo.
Pausas de cinco minutos: Esta práctica se debe realizar cada 2 horas para mover articulaciones y activar musculatura, de forma que se evitan enfermedades crónicas. Las largas jornadas laborales, sin pausas activas, tienden a tener repercusiones graves en los riñones.
Mantenerse en movimiento: Hacer ejercicio diario, mantener una buena postura al sentarse, realizar estriamientos o caminar mientras se realizan llamadas, son algunas recomendaciones para generar activación constante, evitar problemas de salud y estrés excesivo.
Beber agua: Se recomienda beber suficiente agua para mantener el equilibrio de los fluidos corporales, para ayudar a transportar nutrientes, regular la temperatura corporal, lubricar articulaciones y digerir los alimentos.
Los órganos requieren de bastante hidratación junto con actividad fisíca, esto para poder oxigenar y dejar fluir la sangre de forma correcta.
No implementar consejos tan sencillos como los anteriores podría tener un impacto directo sobre el ser humano; a continuación algunos ejemplos por género:
Mujeres:
Envejecimiento biológico: esto se debe al sedentarismo y el no realizar actividades físicas con regularidad, por lo que las células envejecen más rápido.
Varices: esta enfermedad venosa es de mayor frecuencia en el género femenino; sin embargo, puede padecerse por factores genéticos.
Hombres:
Problemas de próstata: Una baja actividad física genera obesidad y ateroesclerosis, estas circunstancias van a producir un descenso del flujo de sangre a los órganos
pelvianos que podría explicar el empeoramiento de los síntomas miccionales.
Asimismo, llevar una buena alimentación, plan de ejercicios e hidratación son prácticas saludables que nos pueden evitar problemas de salud prolongados durante el tiempo de trabajo remoto.